Este verano he tenido la suerte de poder disfrutar de una isla que se encontraba en mi lista de deseos desde hacía mucho tiempo, se trata de la isla de Menorca, Reserva de la Biosfera. Un refugio para los amantes del slow life, y del ecoturismo en particular, que sigue conservando un ritmo pausado, basado en todos los recursos naturales que ofrece, a pesar de que el turismo va llegando sin cortapisas.

puertas menorquinas

A diferencia de sus islas vecinas y más conocidas, Mallorca e Ibiza, Menorca posee ese aura secreto e inspirador que sigue seduciendo a todo aquel que la visita con ojos de explorador. Ese sabor que deja en los labios y ese velo que deposita en la piel, se queda para siempre, como una sensación difícil de explicar con palabras. Lejos de convertirse en un reclamo turístico para extranjeros en busca de sol y playa, Menorca ha sabido conservar sus tradiciones a capa y espada, y mucho más que eso.

5 razones para ser un tesoro del ecoturismo

1. Es el único lugar del mundo donde puedes encontrar más de veinte restos arqueológicos sobrecogedores sobre la Cultura Talayótica.

Unos asentamientos primitivos que se encuentran diseminados por toda la isla, de ahí que arqueólogos e historiadores venidos de todo el mundo conozcan el nombre de Menorca.

talaiots

2. Su increíble orografía en la que se puede encontrar todo tipo de entornos naturales.

El centro más agreste y salvaje con montes y bosques de encinas y pino blanco, en los que conviven multitud de especies animales, destacando la marta y las aves rapaces que se pueden observar tranquilamente desde la carretera. El cernícalo y el milano son fácilmente observables, sin ser demasiado experto como es mi caso. Mejor llevarse unos prismáticos a efecto de no confundir con otras aves.

Es posible descubrir en diferentes zonas, especies endémicas como el Apium bermejoi. El litoral de la zona Norte está muy bien conservado, y la mayoría es virgen. Recomiendo la cala de Pregonia y las playas de Binimel.la,  Arenal d’en Castell y Cavallería, además de conocer el bucólico Fornells (nunca había visto una estrella roja de mar y allí había una, ¡solo para mis ojos!). Y por supuesto, no hay que perderse, la puesta de sol de Punta Nati y sus alrededores, aunque no estaréis solos, su belleza ya es un secreto a voces.

punta nati

El Parque Natural de la Albufera des Grau en la zona Este es un paraíso para la flora y la fauna. En general, toda esta zona está llena de lugares privilegiados para poder pasar todo un día, y aún así siempre te gustaría quedarte más tiempo. En el Sureste se encuentra Binibeque, una población con una cala preciosa ideal para niños, ya que se puede ir andando, porque está muy cerca de donde se deja el coche. La archiconocida Cala en Porter es maravillosa, pero hay tanta gente por la Cova de Xoroi que está al lado y sus fiestas, que es mejor optar por otro rincón de la isla. Depende de la época en la que vayas a ir.

cala menorca

En el Sur recomiendo la playa de Santo Tomás, es perfecta para los niños y fantástica para bañarse y bucear, aunque en la zona Sur hay demasiados sitios para ir, además de las famosas cala Santa Galdana, Macarella y Macarelleta. Casi es mejor explorarlos sin pensar, sin tener nada programado, ¡porque cualquier lugar es lo suficientemente mágico para enamorarte de esta isla!

3. Sus extraordinarios fondos marinos y sus aguas templadas y transparentes.

Si vas a diferentes calas y playas alrededor de toda la isla, podrás comprobar la increíble biodiversidad existente. Raons o peces verdes, salmonetes y sargos son muy comunes; pero descubrirás especies que puede ser que seas el único en verlas como peces negros o morenas, y al lado de la costa. ¡La aventura está asegurada. Eso si, sin molestarles!

agua menorca

4. Su gastronomía y sus iconos más que reconocidos.

No puedes irte de allí sin probar su deliciosa ensaimada, la sobrasada, el queso de Mahón y el Gin Xoriguer (aunque solo sea mojarte los labios). En general, se come bien. Muy buena calidad y a buen precio. ¡Los que vivimos en la capital de España, no estamos acostumbrados a esos precios! Las avarcas menorquinas, son un calzado típico de la isla usado por los campesinos, que se ha convertido en su símbolo más exportado. ¡No hay nadie que no salga de la isla sin unas puestas!

5. Menorca sigue siendo agrícola y campesina.

No hay más que darse una vuelta por toda la isla para comprobar todos los cercados de construcción en seco con piedra arenisca, tan genuina de allí. Protege del viento, y al ganado.

flor de ajo

No puedo dejar de mencionar otros tesoros de la isla: la ciudad de Ciudadela o Ciutadella, su mercadillo hippie y sus cuidadas tiendas (con artículos de artesanía hechos allí), las puertas menorquinas (¡quiero unas, aunque solamente sean de adorno!), y sus increíbles campos e islotes con la preciosa flor de ajo.