Ya tenemos el verano a la vuelta de la esquina, y con él llega la temporada de una de las frutas que más agua posee: la sandía. Esta riquísima fruta tiene su origen en África, allí representa un auténtico tesoro que puede calmar la sed. En nuestro país existe una gran tradición de cultivo de sandía en la agricultura, de hecho cada vez encontramos más variedades en el mercado, incluidas las sandías sin semillas. Sí, esas que mediante ingeniería genética han llegado hasta nuestros platos. Aunque  hay que decir que como la tradicional verde oscura con semillas incluidas, no hay ninguna. Su sabor es incomparable y también su textura. El tamaño de esta fruta de verano es espectacular, con sus varios kilos puede alimentar a toda una familia. De hecho, el mayor ejemplar que se ha encontrado sobrepasaba los 120kg.

8  motivos para comer sandía y sus semillas

Previene el asma: los asmáticos ya saben que muchas frutas como la sandía o la piña, les ayudan a disminuir sus episodios respiratorios.

Disminuye la presión arterial: según un estudio llevado a cabo por American Journal of Hypertension. Su riqueza en licopeno actúa como protector del corazón.

Regulariza la digestión: la alta cantidad de fibra que posee estimula el tracto digestivo, aunque puede resultar un poco indigesta si se toma en exceso. Su bajo contenido en calorías hacen de ella un alimento recomendado para dietas.

Previene el cáncer: su elevado contenido en vitamina C ejerce una función antioxidante que combate la formación de radicales libres, presentes siempre en el desarrollo de la enfermedad. Otra estupenda noticia para los hombres es que previene en concreto el cáncer de próstata, por ser el alimento que tiene más cantidad de licopeno, sustancia que ejerce una protección eficaz frente al cáncer.

Hidrata el cuerpo: es tremendamente recomendada para personas que puedan sufrir deshidratación por las circunstancias que sean, desde ancianos, deportistas, niños, etc.

Antiinflamatoria: Gracias a la colina, un nutriente muy importante y versátil en la sandía que ayuda a nuestros cuerpos a la hora de dormir, con el movimiento muscular, el aprendizaje y la memoria. La colina también ayuda a mantener la estructura de las membranas celulares, ayuda en la transmisión de los impulsos nerviosos, ayuda en la absorción de la grasa y reduce la inflamación crónica.

Relaja el músculo: Se ha demostrado que puede reducir el dolor muscular y mejorar el tiempo de recuperación después del ejercicio en los atletas. Los investigadores creen que esto es probable por el aminoácido L-citrulina contenido en la sandía.

Repara la piel: su riqueza en vitamina A hace que la piel se repare de los daños producidos, se encuentre más hidratada y crezca el cabello mejor. Gracias a la vitamina C, el colágeno se mantiene y se restaura.

Todo lo que contiene una rodaja de sandía y sus semillas:

Nuestra salud está cubierta si todos los días de esta temporada tomamos una rodaja de sandía, a ser posible ecológica, ya que nos aporta todos estos nutrientes: niacina, riboflavina, vitamina B-6, folato, tiamina, magnesio, fósforo, zinc, colina, betaina, licopeno, manganeso, selenio, potasio y cobre.

Las semillas de sandía contienen una gran cantidad de fibra, además son imprescindibles para el tratamiento de parásitos intestinales.