Excalibur, el perro de la auxiliar de enfermería Teresa Romero afectada por ébola, lo mataron los “recortes”, y no me refiero a los recortes de carne de las sobras de la comida, sino a lo que se llama ya el virus del despropósito. Una panda de ineptos y desde hoy, también asesinos que gobiernan el destino de nuestro país.

Una resolución de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, ratificada ayer por el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo Nº2 de Madrid, puso fin a la vida del animal. Ni los cientos de amigos de los animales, apoyados por las redes sociales, agrupado en el hashtag  #SalvemosaExcalibur, muchos de ellos concentrados en la vivienda del animal, pudieron salvarle del triste desenlace.

El marido Teresa Romero, también hospitalizado en la Carlos III, fue el que dio la voz de alarma al enterarse que por orden judicial iban a sacrificar a Excalibur, y compartió un vídeo por Internet, pidiendo ayuda para intentar salvar a su mascota que era uno más de la familia.

Durante varias horas, al grito de #SalvemosaExcalibur, parecía que ensombrecía la figura del rey Arturo y su espada mágica. Millones de internautas provocaron este hastag fuera TT en Twitter, apoyado por famosos televisivos y reconocidos defensores de los derechos de los animales como Jorge Javier, Fernando Tejero, Natalia Millán, que mediante sus tuits también fueros partícipes activos en esta protesta cibernética en contra de este asesinato.

¿Quien mató de verdad al perro Excalibur?

Todo esto empezó por hacer oídos sordos de los consejos de los expertos en seguridad sanitaria.

En contra de la opinión de expertos investigadores en microbiología y médicos especialistas en infecciosos, el Gobierno español decidió traer a dos religiosos portadores del virus ébola.

Los expertos esgrimían varios motivos de preocupación para no repatriarlos, pero el más grave era, que España no dispone de ningún hospital de nivel de seguridad P4, que es el que requiere dicho virus. El Carlos III es un nivel P3. Era P4, pero con los recortes quitaron esta unidad para infecciosos graves.

Saltándose toda normativa, los sacerdotes españoles fueron trasladados en una ambulancia convencional del SAMUR (primera impudencia) que no estaba preparada para este tipo de pacientes. Además, el personal del Carlos III ha denunciado reiteradamente que los trajes con los que se ha atendido a los dos sacerdotes españoles infectados por ébola no cumplían con los requerimientos de seguridad necesarios.

Según la normativa, se marca que para un caso como el de esta enfermedad, es necesario utilizar una indumentaria de nivel 4, es decir, completamente impermeable y con respiración autónoma. La vestimenta empleada para atender tanto a Miguel Pajares como a Manuel García Viejo era únicamente de nivel 2.

Determinados medios de comunicación, «no sabemos si con la intención de informar o de tapar la responsabilidad del Ministerio y la de la Consejería de Sanidad», culpan de negligencia a Teresa Romero por una imprudencia cuando ejercía su profesión que es la de CUIDAR a los demás. Sin explicar la verdadera razón de lo que hay detrás de esta política de recortes en el sector hospitalario. Formación precaria o nula del personal sanitario, y material escaso o ineficiente.

Lo que está claro que este gobierno ha puesto en peligro la vida de toda una ciudad como Madrid donde vivimos mas de cinco millones de habitantes. De momento sólo hay una afectada, pero desconocemos cuantos más se contagiarán como sucede en África.

El gobierno español es culpable de negligencia y no solo ha sacrificado a un pobre e indefenso animal, sino ha tirado por tierra la confianza de los pocos que seguían confiando en este gobierno.

Hay un movimiento social para la dimisión de la Ministra de Sanidad Ana Mato, así como de todos los responsables en la cadena de decisiones que ha llevado a esta situación en change.org

También hay un hastag  #TodosConTeresaM4 para apoyar con cariño a la axuiliar de enfermería afectada por el ébola que lo está pasando mal al empeorar su salud, debido a un fallo respiratorio. Esperemos con todo nuestro corazón que se cure pronto.