Los huertos urbanos están teniendo un elevado desarrollo en todo el territorio español debido a un aumento de la conciencia ecológica y una mayor preocupación ante los alimentos que ingerimos. Son muchas las asociaciones que ponen en marcha huertos urbanos en solares abandonados desde que la burbuja económica se deshinchó, así como en pequeños patios comunales o terrazas. Pero ¿son estos cultivos 100% seguros?

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Uno de los factores comunes a todos los huertos urbanos es que son ecológicos. Al no usar fitosanitarios ni fertilizantes de síntesis, los productos obtenidos serán considerados más saludables y su producción más respetuosa con el medio ambiente pero ¿realmente es así?

El mayor problema de las grandes urbes de los países desarrollados es la contaminación, entre ellas la contaminación de nuestros suelos. Más de un edafólogo me ha definido el suelo como un ente vivo, y como ente vivo que es enferma y los suelos de las ciudades están enfermos. El suelo es considerado un filtro para los contaminantes, ya que estos reaccionan con las cargas presentes en él y quedan retenidos evitando que pasen a acuíferos. Al quedar retenidos en el suelo por factores físico-químicos estos contaminantes pueden ser captados por las especies vegetales que obtienen de la tierra los nutrientes necesarios para su desarrollo.

Uno de los contaminantes edáficos más preocupantes es el Plomo, que es neurotóxico y que presenta elevadas concentraciones en suelos urbanos. El Plomo (Pb) proviene especialmente de los combustibles fósiles y pinturas que, aunque actualmente su uso está prohibido en ambos casos, se han acumulado en el ambiente, además de existir edificios antiguos que aún conservan estas pinturas.

Riesgos-de-los-huertos-urbanos

Estudios realizados muestran que las plantas tienden a absorber entre el 20 y el 25% del total de plomo disponible en el suelo, aunque en el caso de la depositación atmosférica en las hojas que puede llegar a ser un 73 a 95% del contenido de plomo total en plantas de hoja como espinacas.

Hay que ser conscientes que no todo es tan negro como lo parece. En las plantas el plomo se almacena principalmente en raíces, siendo mínima su presencia en las estructuras reproductivas, como ocurre con la mayoría de metales pesados su índice de transferencia a los frutos es muy bajo. Además, la absorción de plomo, y junto con este otros metales pesados, está muy ligada al pH del suelo, siendo menor la absorción a pHs elevados. Afortunadamente, en España los suelos son predominantemente alcalinos, cosa que por un lado perjudica a los cultivos al no estar biodisponibles muchos elementos imprescindibles para la nutrición de las plantas, pero para el caso de los contaminantes es beneficioso.

Pese a ello existe un riesgo que hay que tener en cuenta, pues los cultivos ecológicos de los huertos urbanos se enfrentan a un hábitat hostil en el cual existe gran acumulación de contaminantes que pueden echar por tierra nuestro deseo de un cultivo saludable.