«El gran reto del vino ecológico es apostar por la calidad, no por el número de hectáreas de cultivo”, afirma Marta Besga, enóloga de Castillo de Mendoza, bodega que ha sido recientemente galardonada con el premio Gran Ecovino de Oro, gracias a su vino Noralba 2010.
El premio Ecovino de Oro es el galardón más importante de los Premios Ecovino que, con el reconocimiento del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, se celebran desde 2010 en La Rioja con el fin de potenciar el conocimiento de la calidad de la producción agraria ecológica en general, y fomentar el consumo de vinos ecológicos en particular.
Esta preciada distinción certifica el éxito de la apuesta de esta empresa, con origen en San Vicente de la Sonsierra (La Rioja), que entiende la producción ecológica como «una herramienta para alcanzar el vino que deseamos«.
De hecho, el propietario de la bodega, Eloy Mendoza, asegura que la búsqueda de la calidad ha sido siempre, y también en los años más complicados, una prioridad para Castillo de Mendoza, que dispone de una de las mayores fincas ecológicas de la zona.
Los vinos ecológicos utilizan sistemas de cultivo basados en la óptima utilización de los recursos naturales, sin emplear productos químicos de síntesis u organismos genéticamente modificados.
España es el primer productor de vinos ecológicos del mundo
España es el primer productor mundial de vino ecológico, por delante de países como Italia o Francia, según datos del Instituto Suizo de Investigación en Agricultura Ecológica (FiBL).
Con casi 80.000 hectáreas de cultivo de vides ecológicas, está a la cabeza en producción de vinos ecológicos, aumentando su producción, en estos tres últimos años, en un 200%.
Un caldo con personalidad
Marta Besta, explica que su objetivo es siempre trasladar a la botella la personalidad y singularidad del «terruño» o «terroir» en el que se encuentran las vides. Precisamente, San Vicente de la Sonsierra está considerado como una de las zonas más privilegiadas de España en este sentido, por lo que al elaborar un vino ecológico el objetivo es lograr vinos extraordinarios «con la menor intervención posible».
El Noralba 2010, premio Ecovino de Oro 2013, es el resultado de esta exigente apuesta por la calidad, realizado con uvas, 80% tempranillo y 20% graciano, procedentes de ocho hectáreas de viñedos de agricultura ecológica.
Tras la elaboración al estilo bordelés, su cuidada fermentación se produjo en pequeños depósitos de acero inoxidable a temperatura controlada. La crianza se prolongó 15 meses en barricas nuevas de roble americano y francés, y antes de la comercialización el vino ha estado un mínimo de 12 meses en botella.
Noralba 2010, un tinto de crianza potente
Los catadores lo describen como un tinto de crianza potente, de color rojo picota y aroma a frutos negros y rojos. En nariz también se perciben notas de hierbas salvajes, mientras que en boca muestra un buen equilibrio ácido, marcados taninos maduros y un final aromático muy singular, característico de los viñedos de San Vicente de la Sonsierra.
Si quieres degustar este caldo único, con una producción de 12.000 botellas, puedes adquirirlo en tiendas especializadas de vino, vinotecas, y restaurantes de medio mundo, ya que ha sido exportado a muchos países de Europa, América y Asia.
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