Parece algo imposible, pero la respuesta es «sí se puede». El problema más bien reside, en que esta población mundial cada día, cada mes, y cada año va aumentando progresivamente; y nuestros métodos de cultivo industriales no están dando los resultados esperados. Cada vez hay más tierras que no producen, el suelo está inservible después de estar años y años añadiendo fertilizantes y plaguicidas químicos. Cada vez necesitan más cantidad de los mismos para producir alimentos, más aparatos costosos; en definitiva necesitan más dinero para seguir produciendo más y peor. Las grandes compañías están detrás de todo esto, en un ciclo que parece imposible de parar, una rueda que gira y gira sin fin. Se dicta lo que se paga y lo que se debe de comprar, para poder seguir en este mercado dañino y perjudicial para todos, y sobre todo para nuestro planeta y las generaciones venideras.  ¿Esto es sólo el principio?, si entre todos no ponemos de nuestra parte, el futuro será peor.

Os propongo que echéis un vistazo a este didáctico vídeo en el que nos cuenta claramente lo que está sucediendo, y lo que nosotros por nuestra parte podemos hacer para defendernos: comprar con cabeza. De nuestros hábitos como consumidores depende, y mucho, la clave de que esto sea nuestro “pan de cada día”. Está en vuestras manos que analicéis profundamente lo que nos viene a proponer, con un discurso claro y conciso.