Belo-monteContrariamente a lo que suele pensar, las centrales hidroeléctricas, también son las causantes de emitir gases de efecto invernadero, ¿cómo?.

En vísperas de la Cumbre de Río +20 (del 20 al 22 de junio de 2012) la revista Nature Climate Change, en la edición de junio, ha publicado un interesante artículo Greenhouse-gas emissions from tropical damsde Salvador Pueyo, jefe del grupo de investigación de complejidad climática del Instituto Catalán de Ciencias del Clima (IC3), en colaboración con Philip Fearnside del Instituto Nacional de Investigaciones de la Amazonía (NPA) donde destaca que las grandes empresas energéticas ignoran las emisiones de gases efecto invernadero que producen las centrales hidroeléctricas en zonas tropicales.

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En la construcción de un embalse se descomponen gran cantidad de materia orgánica de selva al anegar de agua gran cantidad de espacio selvático. Al agotarse el oxígeno, dentro del embalse, la descomposición de estos vegetales produce metano, un gas efecto invernadero 30 veces más dañino que el CO2. A lo largo de las primeras décadas de funcionamiento de la central hidroeléctrica se producen gran cantidad de metano que puede incluso exceder a las de una central térmica equivalente.

En este informe publicado el la prestigiosa revista Nature Climate Change por Salvador Pueyo y Philip Fearnside se muestra una síntesis de las investigaciones obtenidas de las centrales hidroeléctricas en las zonas tropicales y su efecto en el clima, ofreciendo una perspectiva de la política de cambio climático de Brasil, destacando que las emisiones de la energía hidroeléctrica tropical se subestiman a menudo y, sorprendentemente, pueden exceder a las de los combustibles fósiles durante las primeras décadas de funcionamiento de la central. Además destaca que la mejor forma de reducir emisiones es que todos nosotros individualmente y colectivamente consumamos menos energía.

Gracias a este informe se desmonta la versión de los consorcios internacionales de la energía vendiendo las hidroeléctricas como la panacea por sus “beneficios” en pro del medio ambiente.

Concretamente el Brasil, se está creando el embalse de Belo Monte, que si nadie lo remedia, será la tercera presa más grande del mundo. Inundará 400.000 hectáreas de selva amazónica, expulsará del territorio a 40.000 personas y destruirá hábitats naturales extremadamente valiosos para la biodiversidad. Todo para producir electricidad a un alto coste social, económico y ambiental, en lugar de apostar por alternativas como mejorar la eficiencia energética del país.

Salvador Pueyo, investigador de IC3 y coautor del estudio añade que “el caso de la hidroelectricidad tropical es bien claro. Si se termina de construir la central de Belo Monte, la energía que produzca se deberá utilizar para producir aluminio. Todos podemos ayudar a la Amazonia y al clima bien fácilmente consumiendo menos aluminio”. Pueyo también remarca que “tenemos responsabilidad en las centrales hidroeléctricas amazónicas, no sólo como consumidores, sino también porque algunas de las más importantes responden a los intereses de los consorcios internacionales con participación española”.

Fuente: www.ic3.cat