La presidenta brasileña Dilma Rousseff ha autorizado el inicio de la construcción de la polémica central hidroeléctrica de Belo Monte. Esta decisión supone la sentencia de muerte de los pueblos indígenas del río Xingu y de una naturaleza única.
El embalse de Belo Monte será la tercera presa más grande del mundo. Inundará 400.000 hectáreas de selva amazónica, expulsará del territorio a 40.000 personas y destruirá hábitats naturales extremadamente valiosos para la biodiversidad. Todo para producir electricidad a un alto coste social, económico y ambiental, en lugar de apostar por alternativas como mejorar la eficiencia energética del país. Para colmo de males, su construcción duplicará la población regional en al menos 85.000 personas más que llegarán buscando trabajo, provocando aún más presión sobre la tierra y los bosques circundantes.
¿Este es el desarrollo económico que quiere Brasil?
Brasil está ante una encrucijada. La creciente potencia económica tiene que decidir entre el desarrollo sostenible y la construcción de una enorme represa que podría desplazar a miles de personas, condenar a algunas especies a la extinción y exacerbar el calentamiento global.
«Es una obra criminal, que significa la destrucción ambiental de una gran área de selva, que afectará la vida de decenas de miles y que secará el río para cinco aldeas indígenas que perderán la supervivencia de su alimentación«, denunció Antonia Melo, coordinadora del Movimiento Xingú Vivo para Siempre.
Otra de las preocupaciones medioambientales es la gran cantidad de personas que la obra llevará a esa gigante región amazónica. Según fuentes de NESA, las obras esperan emplear directamente a 18.700 personas y más de 23.000 indirectamente, sumando 96.000 con las familias.
«El Río es el corazón de nuestras tierras y de nuestra gente… Nosotros no nos sentaremos a ver mientras aquellos en Brasilia atentan con determinar nuestro futuro sin habernos consultado, escuchado, respetado y sin nunca haber puesto un pie en nuestras tierras… Ni el Río Xingú ni nuestras vidas están a la venta.»
–Extracto de una carta del movimiento Xingú Vivo para Siempre, 4 de febrero de 2010
Firma la petición del Jefe Raoni para frenar la construcción de una represa en el Amazonas que se construirá en el Río Xingu en la Amazonia y que inundará 500 kilómetros cuadrados de bosque, habitado por tribus indígenas.
Fuente: www.aida-americas.org
No hay Comentarios