VACACIONES EN CHERNOBIL-4 Uno de los protagonistas de esta historia es Vadzim, tiene trece años y viene de Bielorusia a Mallorca cada año por julio para pasar unas vacaciones alejado de la radioactividad producida por la central de Chernóbil.

Con el desastre de Fukushima todavía caliente, y la paralización de las centrales nucleares en Alemania e Italia, el debate sobre la conveniencia de seguir con esta energía tan peligrosa está todavía en el aire, la productora mallorquina Quindrop ha querido rescatar en un documental la vida cotidiana de estos niños bielorrusos que vienen cada vacaciones a la isla de Mallorca para descontaminarse de la radiactividad, pero que irremediablemente vuelven a su tierra, en contacto directo con ese mal  deteriorando su sistema inmunológico, provocándoles mutaciones genéticas, disfunciones neuropsicológicas y cáncer, especialmente de tiroides.

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En 2011 se cumplen 25 años del accidente de Chernóbil. Los supervivientes coinciden en que lo que ocurrió y sigue ocurriendo no se puede comparar con nada: es una nueva faz del mal, un escenario de la guerra del futuro. Los campos están frondosos, fértiles, bellos, son aparentemente inocuos, invitan al cultivo, al consumo de sus productos, a disfrutar de la vida. Pero ocultan la muerte invisible, perpetuada a través de los años y de las generaciones. Sin embargo, la radiactividad es sólo una parte del mal que afecta a estos niños. Un mal que se manifiesta en familias donde en muchos casos reina la pobreza, el alcohol y la violencia, en una estructura social dañada, fruto de la miseria, de la falta de oportunidades, del deterioro mental y del ostracismo al que no sólo el accidente, sino la realidad económica y política, les ha condenado.

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Vadzim y el resto de personajes del documental, víctimas de la catástrofe de Chernóbil, hacen reflexionar sobre el mal de su sociedad, pero también sobre los riesgos, supuestamente controlados o no, de la energía nuclear. Sobre los beneficiarios directos o indirectos de la producción eléctrica con energía nuclear, y sobre la vulnerabilidad no sólo de las zonas más cercanas a las centrales, sino de todo el planeta. Tan ingenuo es caer en el alarmismo, como ignorar los riesgos.

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El presupuesto para llevar a cabo este documental es difícil de conseguir. Para ello la productora Quindrop está buscando aportaciones de televisiones e instituciones públicas, pero también de particulares. Por ello han iniciado, a través de , un proceso de recaudación de fondos a través del sistema de “crowdfunding”. Es una especie de colecta en la que cada persona o asociación interesada en ver el documental puede aportar la cantidad que desee, convirtiéndose de esta manera en mecenas. El mecenazgo le ofrecerá una serie de contraprestaciones, que van desde la aparición en los títulos de crédito hasta la posibilidad de acceder al premontaje y sugerir cambios, como un productor.

Participa en la producción de este documental, quedan sólo 7 días:

 

 

Para más detalle visitar la web: www.kreandu.com