Entran los primeros rayos de luz por la ventana a través de la cortina, y se vislumbra que hoy hará un sol espléndido. Nadia se hace la remolona, y se niega a despertarse. No quiere salir de la cama, está demasiado cansada. El trabajo de por las tardes, y las clases de por la mañana en la universidad, no dan tregua. Por lo que hay veces que se pone el despertador un poco antes para echar otra cabezadita en la esponjosa almohada. Finalmente, a pesar del esfuerzo, consigue dar el primer paso frente a la cama, porque se ha acordado de que además de sus obligaciones diarias, se ha comprometido a partir de hoy mismo a ser más respetuosa con el medio ambiente y comenzar una vida más sostenible.
Hoy se celebra el Día Mundial de la Protección a la Naturaleza, y no puede dejar de apoyar esta causa, que le parece tan cercana a ella y le toca de lleno, después de haber visto lo que puede hacer la contaminación plástica en el medio marino en su tierra natal. Creciendo en un pueblo que vivía de cara al mar, y sabiendo todo lo que podía ofrecerle a los seres humanos, cualquier acción que ayudase a su conservación sería poca.
Aunque suena a tópico, Nadia piensa que todo es proponérselo, porque la sostenibilidad podemos aplicarla en cada momento de nuestra vida. De esta forma, comenzó evitando los plásticos de un solo uso cuando iba a comprar al supermercado. Llegó a darse cuenta, de que solamente en un día, podía llenar toda una bolsa con esos envases, que contenían en muchos casos una pequeña porción de comida o dos piezas de fruta.

¿Estás dispuesto a cambiar para mejorar tu entorno?
Por eso, ahora desayuna alimentos que compra a granel, sin plásticos de por medio. Fruta y galletas adquiridas en un establecimiento cercano a su domicilio, porque quiere volver a comprar en su barrio, para promover la economía local. Le saben mucho mejor y le sale más rentable. Además, está a la vuelta de la esquina, y no pierde un tiempo de oro, que ella no tiene, en llenar la despensa y el frigorífico en el piso alquilado en el que vive con tres amigos más. Hoy le ha tocado comprar a ella, pero sus compañeros de vivienda también opinan lo mismo, por lo que todos se han sumado a la labor de no desperdiciar recursos. Y es que, ocho manos juntas hacen mucho más que dos solas.
Comenzó a fijarse metas y a observar detenidamente cada gesto diario que realizaba, para saber cómo podía estar afectando al entorno natural. Subir escaleras, en vez de montar en el ascensor; evitar malgastar el agua mientras no la utiliza, cerrando el grifo; empleando materiales naturales y biodegradables como la madera, para amueblar su piso; adquiriendo prendas de segunda mano y donando aquellas que ya no usaba; desplazándose por su ciudad en transporte público…
Paseando por su localidad observó que habían colocado contenedores amarillos para reciclar las latas y botellas de plástico de bebidas, y a cambio podía obtener RECICLOS, que se podían canjear por premios. No se lo pensó dos veces, se lo comunicó a sus compañeros de piso, y comenzaron a guardar todos esos envases en una bolsa para que cada semana, uno de ellos se encargara de llevarlos a ese punto donde se encontraba el contenedor, similar a una máquina expendedora para su correcto reciclaje.

Reciclar tiene premio para ti y para el medio ambiente.
Era muy sencillo, solo había que introducir el envase en la máquina, y escanear el código QR de la máquina desde la aplicación del móvil para iOS o para Android, que ya tenían instalada para conseguir los RECICLOS. Después, sólo tenían que canjearlos por participaciones en sorteos, o donarlos a proyectos sociales y medioambientales de su localidad, o a ONGs. Apoyando la economía circular, se les podía dar otra vida.
Tras varias semanas de estar depositando envases, a Roberto, un amigo de piso de Nadia, le tocó en un sorteo un patinete eléctrico. Jamás le había tocado nada nunca, pero siempre hay una primera vez, y, por suerte, él necesitaba ese premio más que nunca para poder desplazarse desde el trabajo hasta la universidad donde estudiaba. Está claro que su apuesta había sido segura. Siempre en favor del medio ambiente.
También podía haber ganado una bicicleta eléctrica o una bolsa de viaje para poder ir a visitar a su familia que vivía en otra provincia; cualquiera de estos regalos le hubiera sabido a gloria, cualquier hubiera colmado sus deseos de ayudar a evitar una mayor contaminación en el medio natural. Él cree que el reciclaje siempre ayuda, ya que el reciclaje debería ser una opción asequible para todos aquellos que crean en que el cambio es posible, si uno quiere.
Ahora, todos sus compañeros de universidad le preguntan cómo ha podido conseguir ese patinete eléctrico tan molón; y él, ni corto, ni perezoso, comienza a relatar las facilidades para conseguir esos premios con los RECICLOS, descargándose la aplicación en App Store o en Google Play, e introduciendo en una maquina o en un contenedor amarillo las latas y botellas de plástico de bebidas, pero escaneando antes los códigos de barras de cada envase que se quiere depositar dentro. ¡Cuántos más RECICLOS obtengas, más posibilidades de ganar uno de esos increíbles premios!
RECICLOS es el primer Sistema de Devolución y Recompensa (SDR) en España que premia el compromiso de la ciudadanía con el reciclaje y el medioambiente ofreciéndole incentivos sostenibles y sociales por el reciclaje de latas y botellas de plástico de bebidas. Estando disponible en municipios de las distintas Comunidades Autónomas.
Desarrollado por Ecoembes, este SDR supone una evolución del actual modelo de reciclaje, fuertemente implantado en nuestro país, al que se incorpora la tecnología móvil y los incentivos sostenibles, como contribuciones a ongs y participaciones en sorteos de bicicletas y billetes
de transporte público, en el proceso de reciclaje de latas y botellas de plástico de bebidas.
Cada vez más personas como Nadia, o como Roberto, confían en transformar sus hábitos para ayudar a salvaguardar nuestro planeta reciclando. Y tú, ¿para cuándo?
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