Este invierno ya no pasará frío, no como el anterior. Todavía estaba terminando la reforma de su estudio de arquitectura soñado, y aunque estaba ya casi todo listo, todavía le faltaba rematarlo. Por aquí o por allá, veía materiales de construcción esperando a ser instalados, herramientas amontonadas para poder dar forma a todos esos diseños que una vez pensó, su mente proyectó y sus manos dibujaron.

Por fin, tenía a su entera disposición ese espacio único bañado de luz natural, que se le antojaba como su lugar en el mundo para evadirse y crear entre planos y reglas. Un refugio donde poder dar rienda suelta a sus ambiciones profesionales, pero también a las personales. Un todo en uno. Una creación maestra sacada de su poderoso imaginario, que desde pequeño tanto fomentaba. Y ahora resultaba, que ya estaba en pie, y él dentro de aquello que le había hecho el ser más feliz del planeta.

Arquitecto

Rediseñando su futuro. Fotografía de Tima Miroshnichenko.

Persiguiendo sus sueños

Raúl decidió en un determinado día de su vida que quería seguir adelante por su propio camino, hacer realmente lo que le entusiasmaba sin rendir cuentas a nadie, como no sucedía en las anteriores empresas en las que había trabajado como arquitecto. Sí, aquellas que le tachaban de ser demasiado arriesgado y revolucionario, tanto por sus ideas, como su forma de llevarlas a cabo.

Ahora, tenía todo el horizonte abierto para él, por lo que no dudó un segundo en comenzar esa nueva vida, levantando su propia empresa, su propio negocio. Su apuesta por la sostenibilidad había sido siempre su gran debilidad, se había involucrado en multitud de ocasiones en diferentes proyectos urbanos teniendo esa premisa. En este momento, su idea era comprometerse a hacer de su estudio de arquitectura situado en una bella localidad a las afueras de una gran ciudad, un emblemático edificio sostenible.

Optando por el autoconsumo solar

Ya lo tenía casi todo, pero todavía le faltaba la solución definitiva: el autoconsumo solar. La mejor y más efectiva eficiencia energética para ahorrar costes y evitar una mayor contaminación hacia el entorno natural que le rodeaba. Para ello, iba a invertir en la instalación de placas solares en el tejado de su estudio, ya que sabía por anteriores proyectos, que era la forma más práctica de controlar el consumo diario de cualquier casa y evitaba la emisión de CO2 a la atmósfera, estando la media en 8.598 kilos de CO2. Confiando en una empresa especializada en PYMES y autónomos, y con la que ya había trabajado.

Placas solares

La instalación de las placas solares en el tejado es una de las opciones más empleadas. Fotografía de Trinh Tran.

Sabía que trabajaban con placas solares de las mejores calidades, y que el periodo de garantía de producción de los paneles era de hasta 25 años. Le proporcionaba una gran seguridad, dejar en manos de profesionales corroborados este tipo de instalación.

Viviendo en un país como España, para él era impensable no instalar energía solar en su espacio de trabajo. Con unas 2.500 horas de sol anuales de media, sería desperdiciar un recurso infinito y renovable, que siempre está ahí.

Con lo que ahorro, ahora sí me salen las cuentas

Además, Raúl sabía que podía amortizar la inversión realizada en tan sólo cinco años y que el ahorro en la factura de la luz sería cercano al 40%, ¿cómo iba a negarse a poner el broche de oro a su edificio sostenible? Esto sumado a las ayudas y subvenciones públicas que pensaba solicitar en su Comunidad Autónoma, haría que las cuentas le salieran redondas.

Gracias a un asesor energético personal que analizaría al por menor su caso y resolvería todas sus dudas, y a que la empresa se encargaría de realizar todo: desde la visita para tomar medidas, el estudio previo, la instalación de las placas fotovoltaicas, hasta la gestión de todos los trámites legales y la presentación de documentación, incluso para la distribuidora.

Lo que más le gustó desde un primer momento, es que el excedente de energía que tuviera, podría vendérselo de nuevo a la compañía mediante un precio acordado, que, por supuesto, saldría muy beneficiado.

Pero quizás lo más prioritario era saber el tiempo en que iban a tardar en montar la instalación. Por suerte, de media, serían 9 semanas tras firmar el contrato, con lo que todavía le daría tiempo a atar cabos sueltos en su cabeza para rematarlo todo.

Con ello, su edificio se revalorizaría, tanto por tener un diseño exclusivo, basado en la arquitectura bioclimática, como por haber instalado la más moderna tecnología para mejorar la eficiencia energética de cada sistema empleado.

Soy mi propio jefe

Al igual que muchos amigos suyos que son autónomos, Raúl había comparado las diversas opciones que tenía para su proyecto soñado, y finalmente, se había decantado por aquellas empresas que se comprometían como él con el desarrollo sostenible y con el cuidado del medio ambiente, porque en los pequeños detalles está la diferencia.

En la actualidad, en España, la solar fotovoltaica es la tercera tecnología con mayor presencia en el parque de generación, con 22.454 MW instalados. Y es que con estos datos, está claro que lidera la producción de energía solar en Europa.

Pudiendo obtener energía solar de forma sencilla, transparente y con carácter permanente; el autoconsumo solar, ya no era una opción, sino la solución a la mayoría de los problemas a los que se enfrenta cualquier autónomo cuando abre su negocio. Raúl, no podía estar más contento con su iniciativa y con la mejor decisión que ha tomado en los últimos años, poder ser su propio jefe. Ahora, Raúl, irradia felicidad y luz, como el propio sol.