Los efectos que están teniendo la irrupción de plagas de insectos voladores, de roedores y de otras especies parásitas como las garrapatas, las chinches o las pulgas en todo el territorio, según los expertos en biodiversidad y sanidad ambiental, va repercutir en un verano más complicado de lo normal.

El verano su gran aliado

El adelanto de la temporada veraniega tiene la culpa, coloquialmente hablando, ya que estos y otros animales, aprovechan la estación cálida para reproducirse y realizar distintas tareas relacionadas con su supervivencia.
 
El entorno cálido, florido  (en especial en las proximidades de  las riberas de los ríos y pequeños caudales de agua o arroyos) favorecen la proliferación de estos “chupasangres”. Ayuda también en este sentido en los que además, se produce un tránsito de ciudadanos de unos países a otros.
 
Tendrán que estar alerta y tener cuidado las personas con especial aversión hacia los insectos o a quienes sus picaduras les produzcan algún tipo de reacción alérgica.
 
Las plagas de verano se convierten así en enemigas de las personas y también de algunos entornos. Comenzando por los primeros, la recomendación es la protección habitual: las lociones y las pulseras que hacen las veces de repelente, siempre con las consiguientes garantías sanitarias, que se deben comprobar en el etiquetado del producto.
 
Es cierto que para repeler muchos insectos se usan aceites esenciales como la citronella, el geranio, el limón o el eucalipto; así como plantas, el jazmín, la lavanda, el romero, la albahaca. Pero aún así puede ser que insectos como la avispa asiática o el mosquito tigre sean indemnes a ellos.

Mosquito tigre, un clásico del verano

De este grupo, en el verano destacan dos insectos voladores de especial peligrosidad por los efectos de su picadura.
El primero es el mosquito tigre (Aedes albopictus) especie invasora  de origen asiático, que puede distinguirse de otros tipos de mosquito por presentar rayas blancas en tórax y abdomen, con bandas blancas en las patas y una línea blanca longitudinal central en tórax y cabeza.
 
El aguijón, muy fino y puntiagudo, logra traspasar algunos tejidos y es susceptible de contagiar enfermedades de carácter tropical. El Zika, que puede producir malformaciones en los fetos y provocar la esterilidad en los varones, se contagia por sus picaduras.
 
Mosquito

Mosquito tigre.

 
También es responsable de la transmisión del Dengue, patología vírica cuyos síntomas más leves  son similares a los de la gripe. El Dengue de carácter grave puede ser responsable, incluso, de la muerte de personas vulnerables.
 
El mosquito tigre lleva casi dos décadas sobrevolando el Mediterráneo y ha sido visto  a la vez en zonas del centro de la península y en las Islas Canarias.

Qué hacer con la avispa asesina

También con efectos potencialmente peligrosos nos visita en verano, desde hace casi dos décadas, la avispa asiática (Vespa velutina). También conocida como la avispa asesina, se le atribuyen anualmente entre tres o cuatro muertes de personas a consecuencia de una reacción alérgica a su picadura.
 
Este tipo de avispa es peligrosa para el equilibrio ambiental, al ser invasora y ser difícil diferenciarla de la abeja común. El miedo a su picadura es el culpable del mal uso de pesticidas y plaguicidas a nivel doméstico que acaban impactando en la población autóctona de avispas y abejas.
 
Hay que actuar con precaución en caso de plaga, ya que se pueden ocasionar daños innecesarios al medioambiente e incluso sufrir, en el caso de la avispa africana, un ataque del enjambre si se pasa lo suficientemente cerca del nido o se intenta quitarlo.
 
Avispa

Avispa asiática.

Cómo actuar ante la avispa asiática

Dado que el comportamiento de esta avispa es muy agresivo, si se produce un ataque lo recomendable es correr, cubriéndose la cabeza y la mayor parte del cuerpo posible y alejarse.
 
En  caso de que se produzca una picadura se debe acudir inmediatamente a un centro médico, para que se realice la extracción de los aguijones de manera segura y se ponga un tratamiento adecuado.
 
Por último, y en cuanto a las garrapatas, chinches, pulgas y pulgones que pueden darnos sorpresas desagradables en estos meses, es necesario tener especial precaución si se convive con animales domésticos, ya sean mascotas o de granja.
 
No se trata sólo de la repulsión que puede provocarnos su presencia o la aparición de pequeñas y poco significativas erupciones cutáneas, sino de diagnósticos como la enfermedad de Lyme, que, en el caso de las garrapatas, que supone peligro de grave infección bacteriana.
 
Sus posibles  consecuencias: parálisis temporal de un lado del rostro (parálisis de Bell), entumecimiento o debilidad en las extremidades y movimiento muscular afectado.