Hoy, 19 de agosto, se celebra el Día Mundial de la Fotografía 2021, una jornada en la que es prioritario llamar la atención sobre algunos de los animales en peligro de extinción. Una gran parte de la fauna que habita sobre la faz de la Tierra tiene los días contados. En la mayoría de las ocasiones, por no decir que en todas, la influencia humana está detrás: su hábitat está desapareciendo por la deforestación, sufren caza furtiva, sus hábitats están contaminados, las especies invasoras han acabado con su equilibrio sistémico o el calentamiento global ha limitado su crecimiento o reproducción.
Demonio de Tasmania
También conocido como diablo de Tasmania (Sarcophilus harrisii) habita como su nombre indica en exclusiva en la isla de Tasmania y es conocido por sus inconfundibles gruñidos, además por su fuerte y nauseabundo aroma. Se trata del marsupial carnívoro de mayor tamaño existente en la actualidad.
Es un animal todoterreno, que caza con bastante facilidad a casi cualquier presa, ya que nada muy bien y trepa por los árboles de forma rápida gracias a sus uñas. Otra de sus carcaterísticas únicas es que las hembras pueden dar a luz alrededor de 30 crías, aunque pocas sobreviven para llegar a la edad adulta.
Según la lista roja de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza), la especie se encuentra en claro peligro de extinción (endangered). Las causas de su lenta y constante desaparición han sido varias: la caza por su pieles o por ser considerados una amenaza para el ganado, los atropellos en las carreteras, además del desarrollo humano.
Manatí
También se les denomina vacas familias, aunque pertenecen a la familia de los mamíferos sirénidos. Su hábitat se encuentra, tanto en el agua salada como en la dulce, de las costas africanas y americanas, existiendo tres variedades de la misma especie. El manatí de Florida y el del Caribe se encuentran en peligro de extinción (endangered), y el American Manatee se encuentra en un estado vulnerable, según la UICN.
Estos animales herbívoros que dan a luz una cría cada dos años, están expuestos a numeroso peligros. Su conservación está en peligro debido a la contaminación del agua, al desarrollo de la población cerca de su hábitat, a las especies invasoras, al transporte por el agua y a los distintos tipos de actividades acuáticas de ocio, a las distintas enfermedades, y al uso de los recursos naturales (cultivo y acuicultura).
Guacamayo rojo
Esta colorida y sociable ave (Ara chloropterus) procedente del centro de Sudamérica, se encuentra en claro descenso, según la UICN, distinguiéndose dos especies: la centroamericana y la sudamericana. Son animales que se alimentan de frutos o semillas, flores o brotes tiernos de plantas; y suelen vivir siempre en compañía.
Las hembras suelen depositar dos o tres huevos en el nido, que son cuidados por el macho, y de ellos salen adelante como mucho dos polluelos. Se trata del ave quizás más longeva del reino animal. Algunos guacamayos pueden llegar a vivir un siglo entero.
Son unas aves muy inteligentes, que se enfrentan a numerosos problemas para salir adelante: la caza como animales de compañía y la desaparición de su hábitat serían las mayores preocupaciones para su conservación.
Gavial indio
El gavial del Ganges (Gavialis gangeticus) es el único del género Gavialis. Se trata de un saurio que suele frecuentar las zonas pantanosas del norte de la India, cuya dieta se basa en peces, no en mamíferos debido a su largo hocico, incapaz de tragar grandes presas, como sucede con otros tipos de cocodrilos.
Pueden llegar a medir en torno a los 6 metros de longuitud, y los machos adultos tienen en su largo hocico un bulbo cartilaginoso que les sirve para emitir una especie de silbido en la época de celo para atraer a las hembras. Este singular sonido se puede escuchar a grandes distancias.
Se encuentra en crítico peligro de extinción (critically endangered). Su desaparición se debe a la presión antropogénica, tanto por la pesca de los peces de los que se alimenta, como a la contaminación de las aguas y la vulneración de su hábitat por los seres humanos.
Oso pardo
El oso pardo o Ursus arctos, es uno de los mamíferos plantígrados que tiende a la desaparición, sobre todo en los distintos países en los que su caza durante el siglo pasado los llevó en algunos lugares a la práctica extinción, como es el caso de España.
Los osos pardos en España, Italia o Francia son los que se encuentran más amenazados por la presión del hombre y la poca diversidad genética, aunque aparecen en numerosos hábitats del norte de América de Europa o de Asia.
Son animales omnívoros, que se les puede observar tomando frutos del bosque, miel, carroña o pescado en los ríos. Por lo tanto, su hábitat reside en bosques de coníferas, caducifolios o mixtos, principalmente. Las osas suelen ser de un tamaño mucho menor que los machos, de hecho su peso es prácticamente la mitad. Los osos españoles son de los más pequeños, teniendo los machos un peso que no supera los 250 kg.
Tamarino león dorado
También se le conoce como Leontopithecus rosalia. Es un primate en peligro de extinción (endangered), según la UICN. Es originario del este de Brasil, y su alimentación se basa en plantas y frutos, aunque en ocasiones escoge algún animal como insectos, o incluso huevos de otras especies.
Se caracteriza por vivir en la selva, tener el tamaño de una ardilla y poseer un abundante y largo pelo de color dorado. Suelen vivir en grandes grupos, y se emparejan para toda la vida. Las hembras suelen tener dos crías, que a las pocas semanas ya son cuidadas por el padre y por el grupo con el que conviven.
La causa de la desaparición de estos monos es el comercio con ellos, y , en especial, la deforestación de la selva. Los pocos que sobreviven de forma silvestre, se distribuyen por la Reserva Biológica de Poço das Antas y en otras zonas donde el bosque primigenio se mantiene estable.
Tortuga boba
La tortuga boba (Caretta caretta) es una tortuga marina, que también se la denomina tortuga caguama, cayume, o cabezona. Se puede encontrar en el mar Mediterráneo, en el océano Atlántico, Pacífico e Índico. Su estado de conservación es vulnerable y en decrecimiento, según la UICN.
Las causas de su lenta extinción es la contaminación de los mares, tanto por plásticos, como por otras sustancias tóxicas; también la navegación, la sobrepesca, y la desaparición de muchos de sus alimentos, así como la probabilidad de llegar a adultas, y encontrar un macho para la fecundación.
Su vida se desarrolla en los mares, alimentándose sobre todo de crustáceos, moluscos, otros invertebrados e incluso peces. Las más grandes pueden llegar a medir alrededor de 2 metros, estando su peso en torno a los 200 kg.
El caparazón de la tortuga boba es el más duro de todas las tortugas marinas. Las hembras suelen ser agresivas y territoriales para poder alimentarse y dar a luz a sus vástagos. No les gustan las aguas demasiados frías, por esos suelen realizar migraciones, en especial para poner sus huevos en playas americanas, africanas o de la península arábiga.
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