El próximo sábado se celebra el Día Mundial de los Anfibios 2021, coincidiendo con el último sábado del mes de abril.

Estos animales llevan sobre la faz de la Tierra alrededor de 310 millones de años, cuando el primer Ichthyostega hizo su aparición. Sus intrínsecas características han hecho que su supervivencia sea digna de estudiarse.

Salamandra

Salamandra del género «Aneides».

Su hábitat cerca de humedales y su vida semiacuática ha hecho, que cualquier problema de afectación de los sistemas acuáticos repercuta sobre ellos de forma decisiva.

Desaparición/extinción

El actual episodio de extinción masiva es más evidente en los anfibios. Con aproximadamente 7.000 especies, los anfibios dependen de agua dulce limpia y hábitats húmedos y se consideran vulnerables a la pérdida de hábitat (deforestación), los cambios en la calidad del agua o del suelo y los posibles impactos del cambio climático, además de que muchas especies están sufriendo una epidemia causada por un hongo quítrido.

Gráfico en porciones

Gráfico en porciones sobre la situación de los anfibios en el mundo.

Debido a su sensibilidad y dependencia general de los hábitats terrestres y acuáticos, a menudo se los considera indicadores de la salud del medio ambiente.

Las últimas cifras de la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) muestran que hay casi tantas especies de anfibios categorizados como Amenazados, como los de aves y mamíferos amenazados juntos, con un 40% estimado de especies de anfibios en peligro de extinción.

Además, aunque los anfibios han sobrevivido a múltiples extinciones masivas globales previas, en los últimos 20-40 años se han producido descensos demográficos en una escala nunca antes vista.

Aunque la disminución de los anfibios se informó por primera vez en la década de 1950, la magnitud y el alcance global del problema solo se comprendieron plenamente durante las discusiones en el 1er Congreso Mundial de Herpetología en Inglaterra en 1989.

¿Cuáles son sus principales amenazas?

Dentro de las amenazas más preocupantes y graves figuran, según los estudios científicos de las comisiones de la UICN:

Amenazas del grupo 1:

  • Cambio de hábitat (destrucción y fragmentación)
  • Especies exóticas invasoras
  • Sobreexplotación / utilización

Amenazas del grupo 2:

  • Enfermedades infecciosas emergentes
  • Plaguicidas y toxinas ambientales
  • Cambio climático global (incluidos los rayos ultravioleta)

Se sabe que la causa de su desaparición es multifactorial, y difieren según la ubicación y las especies.

Por ejemplo, estudios anteriores encontraron que la modificación del hábitat, los contaminantes químicos, los rayos UV-B y las enfermedades funcionan sinérgicamente para exacerbar los efectos negativos de las especies introducidas en el hábitat de los anfibios nativos.

Rana

Rana gigante arborícola.

Pérdida de hábitat

La pérdida de hábitat es el principal factor que contribuye a la disminución de los anfibios a nivel mundial, con un estimado del 63% de todas las especies de anfibios afectadas y hasta un 87% de las especies amenazadas afectadas.

Muchos anfibios requieren microhábitats específicos con condiciones adecuadas de humedad, temperatura, pH y suficientes refugios y recursos alimenticios.

Estas condiciones se alteran fácilmente incluso durante modificaciones menores del hábitat. Las formas más comunes de cambio de hábitat son la limpieza de cultivos, la tala, la urbanización y el desarrollo industrial.

Además, la mayoría de estos procesos ocurren en los bosques tropicales, donde se encuentran la mayoría de las especies de anfibios (72%).

Salamandra

Salamandra alpina.

El alcance de los efectos del cambio de hábitat puede ser difícil de determinar, ya que muchos anfibios pasan la mayor parte de su vida en uno o dos ambientes terrestres y migran estacionalmente a un ambiente diferente, generalmente acuático, para reproducirse.

Por lo tanto, interrumpir la migración reproductora provocaría una disminución. El cambio de hábitat puede afectar uno o más de los hábitats necesarios para completar el ciclo de vida: 

  • El entorno en el que los anfibios pasan la mayor parte del año (por ejemplo, bosques)
  • Un hábitat de alimentación de verano (por ejemplo, pastizales)
  • Los cuerpos de agua en que se reproducen y son utilizados por sus larvas (por ejemplo, estanques, lagos, arroyos)
  • La tierra que separa estos diferentes hábitats (por ejemplo, corredores)

La mayoría de los anfibios no viven aislados en un solo microhábitat y la conservación efectiva requerirá un enfoque de paisaje integrado.

Además, desde principios del siglo XX, las poblaciones humanas han crecido exponencialmente, con la alteración y destrucción concomitantes del hábitat, y la mayor parte de este cambio se ha producido en ecorregiones tropicales y subtropicales de gran diversidad y endemismo de anfibios.

Contaminación del hábitat

La contaminación con pesticidas y toxinas ambientales es la segunda amenaza más importante para los anfibios, con casi una quinta parte de todas las especies afectadas, y el 29% de las especies amenazadas afectadas.

Los anfibios tienen una piel excepcionalmente permeable en comparación con otros vertebrados y la mayoría de las especies no pueden controlar fácilmente el movimiento del agua a través de su superficie externa, lo que los hace particularmente sensibles a cualquier cambio en la calidad del agua.

Mapa mundial

Mapa mundial de especies anfibias amenazadas. Los colores más oscuros indican un mayor número de especies.

Se han reportado efectos letales, directos, subletales e indirectos para muchos contaminantes ambientales, como los metales pesados. Uno de los casos más alarmantes es el del mercurio, pesticidas, herbicidas como Roundup®, fertilizantes y disruptores endocrinos.

Además, se ha demostrado que el estrés inducido por depredadores, convierte los niveles de exposición a pesticidas, que de otro modo no serían letales, en letales para algunas especies de larvas de anfibios.

Los efectos sutiles y sinérgicos de muchos de estos contaminantes pueden ser muy difíciles de determinar, pero eso no significa que no existan.

Su desaparición incide de forma directa en otros animales que se alimentan de ellos, y en el propio ecosistema. Los cambios se perciben en los propios insectos, en la composición química del agua, en las algas y microorganismos que habitan estas zonas, y, por supuesto, en los depredadores de los anfibios (aves, serpientes, mamíferos…).