Mañana, se conmemora el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2 2020, una jornada que no puede ser más reivindicativa después de que los líderes mundiales salieran del Foro Económico Mundial de Davos sin los deberes hechos. La percepción general es que existe poca interconexión entre los discursos intencionales y el cambio real que se debe de realizar.

Es necesario empezar a desacelerar y decrecer.
La figura de los mediadores pudiera ser la clave para poder actuar, además de analizar y comprender cada espacio de intervención, con la ayuda de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030. Yendo de la mano de las figuras más comprometidas con la reducción de emisiones de CO2, tanto de grupos ecologistas, como de ciudadanos que llevan movilizándose mucho tiempo para luchar por frenar la contaminación, a partir de asociaciones o grupos locales.
La sostenibilidad no se puede llevar a cabo si los países desarrollados no se comprometen con la desaceleración. Aunque por mucho que la mayoría quiera involucrarse de una manera efectiva frente al cambio climático, se seguirán chocando con el muro levantado por Donald Trump. Inflexible frente a los datos de los científicos que subrayan la magnitud de los acontecimientos, y la importancia de ponerse en marcha ya, para tratar de que las temperaturas del planeta no alcancen más allá de los 3,2ºC cuando finalice este siglo.
Las emisiones deberán caer hasta las 25 gigatoneladas para el año 2030, para eso el período habría comenzado ya. Desde el año 2020 hasta el 2030 necesitaríamos reducir las emisiones 7,6% cada año. hay demasiados intereses en juego y varios países no parecen dispuestos a sacrificarse.
Los movimientos sociales ya han dado la voz de alarma y van por delante de la maquinaria interestatal. Más reivindicativos y eficientes que nuestros políticos, ya tienen sus propias medidas de decrecimiento mucho antes que se hayan empezado a implantar el resto.

Gráfico que muestra la contaminación por CO2 de los distintos países.
Los cuatro principales emisores (China, EE.UU.,Unión Europea e India) han contribuido a más de 55% de las emisiones totales durante la última década, excluyendo las emisiones por cambios en el uso del suelo, como la deforestación. Es cierto que se están llevando a cabo distintos ejercicios para intentar salvaguardar el planeta, pero por ahora estos intentos nos son suficientes.
China
Es un líder en energías renovables, sobre todo en energía eólica y solar, que están siendo apoyadas con subvenciones. Después de una desaceleración, las emisiones nacionales crecieron 1,6% en 2018 y alcanzaron un punto máximo de 13,7 gigatoneladas de CO2 equivalente.
Estados Unidos
Sigue siendo reacio a los compromisos, aunque es cierto, que en varios estados de su territorio se están comprometiendo para que entre el año 2045 y 2050 sus ciudades tengan una energía 100% limpia. EE.UU. genera 13% de las emisiones globales y ha logrado una disminución gradual. Sin embargo, las emisiones aumentaron 2,5% en 2018.
Unión Europea
Se van realizando logros importantes, pero muy despacio: aumentó su objetivo de energía renovable para 2030 de 27% a 32% y su objetivo de eficiencia energética de 27% a 32,5%. La zona produce 8,5% de las emisiones globales y las ha disminuido 1% cada año durante la última década. En 2018, las emisiones disminuyeron 1,3%.
India
Los convenios y la responsabilidad avanzan rápido en materia de energía solar y eólica, aunque también destaca por estar a la vanguardia del desarrollo de vehículos eléctricos a nivel mundial. El 7% de las emisiones globales del país aumentó 5,5% en 2018.
Las consecuencias de las emisiones de CO2 y del calentamiento global:
- A 1,5°C, más de 70% de los arrecifes de coral morirán, pero a 2°C se perderán prácticamente todos los arrecifes.
- Es probable que los insectos, vitales para la polinización de cultivos y plantas, pierdan la mitad de su hábitat en el escenario de 1.5 °C, pero las probabilidades de esto se duplican a 2°C.
- A 1,5 °C, el Ártico podría perder todo el hielo marino en verano una vez cada siglo. Esto podría pasar una vez cada década a 2°C.
- Más de 6 millones de personas viven hoy en áreas costeras vulnerables al aumento del nivel del mar respectivo al calentamiento de 1,5 °C. En el caso de 2 °C, este problema afectaría a 10 millones de personas más a fines de siglo. Lo acabamos de ver en nuestro país con la borrasca «Gloria».
- El aumento del nivel del mar será 100 centímetros más alto a 2 °C que a 1,5°C.
- La frecuencia e intensidad de sequías, tormentas y fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más probables si superamos los 1,5°C.
El Informe sobre la Disparidad en las Emisiones de 2019 del PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) lo deja claro:
Las emisiones de gases de efecto invernadero van en aumento a pesar de las advertencias de los científicos y de los compromisos políticos.

Hay muchos países que no tienen el objetivo de tener emisiones cero.
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