¿Qué es la bioeconomía?

La bioeconomía es la gestión eficiente de los recursos biológicos renovables que provienen de la naturaleza, obteniendo de ellos bioproductos mediante transformaciones físicas, químicas biológicas o bioquímicas. Esos bioproductos abarcan desde la bioenergía hasta los bioplásticos, pasando por biopiensos o por bioquímicos, y terminando en los biomateriales. La aparición de la bioeconomía en nuestras vidas es una necesidad acuciante para no seguir sufriendo de esas dependencia de los combustibles fósiles, que además de ser perjudiciales para el medio ambiente, pronto se agotarán. Forma parte de la propia economía circular.

Preservar el capital natural

El compromiso político es fundamental para que se lleve a cabo este tipo de cambios, sobre todo haciendo hincapié en los pilares básicos: la innovación, la investigación, el emprendimiento y la capacitación en el sector mediante acuerdos entre la inversión pública y privada. La responsabilidad medioambiental es la clave de esta producción, porque hay que garantizar el uso sostenible de los recursos naturales, pero teniendo en cuenta la presión que se puede ejercer al medio natural. El quid de la cuestión está en el equilibrio de la balanza, para que se puedan alcanzar los objetivos de la Unión Europea de una economía baja en carbono para el año 2050.

Bioeconomía

La naturaleza como base para la bioeconomía.

La permanencia de los sistemas vivos o la pérdida de biodiversidad depende de la bioeconomía, teniendo en cuenta que el crecimiento de la población mundial se prevé que aumente en
más de un 30 % en los próximos 40 años, pasando de 7.000 millones en 2012 a más de 9.000 millones en 2050, según los datos de la Comisión Europea en el año 2012. Por ello, es imprescindible proporcionar otra serie de productos acordes con esta nueva visión de la humanidad, y que la propia sociedad tenga conciencia del valor añadido y del impacto positivo que genera.

Un sector en alza

El crecimiento del sector bioeconómico en la Unión Europea representa 2 billones de euros y más de 22 millones de trabajos (datos de la Comisión Europea en el año 2012). En España, por ejemplo, el sector de la silvicultura y explotación forestal más la industria de la madera, corcho y papel, generó en 2012 un Valor Añadido Bruto (VAB) de 5.936 millones de €, representando el 0,56 % del PIB nacional.

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Los bosques con certificado de gestión forestal sostenible proporcionan recursos renovables sin dañar al medio ambiente.

A su vez, el sector biotecnológico (según datos INE 2013) constituido por 2.831 empresas, emplea a 172.939 trabajadores, de los que 9.135 realizan I+D en biotecnología, contando con 5.148 investigadores. Y si tenemos en cuenta en el sector de la producción y transformación de biomasa para la generación de energía y de bioproductos, que se compone en España de unas 170 empresas, las cifras de la contribución de la bioenergía, incluyendo la biomasa para generación eléctrica, térmica y biocarburantes para el transporte, al PIB en el periodo 2007-2014 ha sido de 3.562 millones de euros de media al año (según la Asociación de Productores de Energías Renovables). Generando de media anual unos 47.880 empleos directos e indirectos, según las mismas fuentes.

Selvicultura o el manejo sostenible de los bosques

Gracias a la selvicultura, cuya definición se puede describir como el manejo sostenible de los bosques para satisfacer demandas de la sociedad (tecnología, bienes y servicios) perpetuando su existencia con técnicas de gestión y explotación racional; podemos obtener recursos naturales de las masas forestales como biomasa, cáscara y leña, que nos proporcionan energía, o sustrato para jardinería, o serrín para granjas. La madera que también nos facilitan, la utilizaremos para la carpintería de nuestras casas o para la fabricación de muebles, además de papel.

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Los muebles provenientes de bosques certificados deben de llevar el sello que lo corrobora.

La necesaria certificación forestal

Por eso es más que necesario que nuestros bosques estén certificados. La certificación forestal es una herramienta realmente útil para poder distinguir aquellas materias primas que provienen de bosques sostenibles, es decir, cumpliendo con los estándares ambientales, sociales y económicos estipulados de forma internacional por todos los sectores implicados, pero la realiza una entidad independiente. La única forma de saberlo es que el producto lleve el sello correspondiente: FSC o PEFC.

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También el papel puede adquirirse proveniente de bosques sostenibles.

¿Por qué hay que realizar una gestión forestal sostenible?

  • Materias primas para bioproductos.
  • Fijación de CO2.
  • La rentabilidad reduce el riesgo de incendios.
  • Mejora de los suelos.
  • Reducción de los procesos erosivos.
  • Regulación del ciclo del agua.
  • La alta productividad mejora la eficiencia en el uso del suelo y aumenta la disponibilidad para otros usos.

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