Mañana, 8 de marzo, celebraremos el Día Internacional de la Mujer 2017 por todo alto, ya que es necesaria una mayor concienciación respecto a nuestro situación, una manera de elevar nuestras voces para conseguir que nuestros derechos se respeten y se cumplan, esa equidad que nunca acaba de llegar, pero en la que vamos avanzando con paso firme.
No podíamos dejar de lado a esas mujeres que se desviven cada día por la lucha en favor del medio ambiente; pero no nos referimos a esas que ya han sido reconocida “oficialmente” su labor, sino a todas aquellas que desde sus pequeñas acciones acciones van cambiando la conciencia y la motivación del resto de la sociedad en los diferentes países.

Las mujeres de Bangladesh luchan contra los fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes.
Día Internacional de la Mujer 2017: ejemplos de mujeres alrededor del mundo implicadas en el medio ambiente
Podemos estar satisfechos con todas las que son, pero necesitamos más en esta dura tarea. Los ejemplos son abrumadores, teniendo en cuenta los pocos medios de los que disponen muchas de ellas, y que además todas tienen a su cargo a una familia que no suele ser reducida precisamente.
Hablamos de las mujeres de Bangladesh que están intentando que sus familias salgan adelante a pesar de los ciclones y las tormentas de la época húmeda o lluviosa, esos que cada vez son más fuertes y más inesperados debido al cambio climático. Mientras duran los monzones ellas se capacitan en su formación, y antes de que lleguen hacen los preparativos adecuados para que no les afecte tanto. Esto conlleva plantar árboles, construir sus casas en lugares más altos, rehabilitar estanques para piscicultura o trabajar para eliminar los sedimentos depositados en los canales de su comunidad.

En la Franja de Gaza las mujeres han creado huertos ecológicos en las azoteas.
Fotografía: FAO/M. El Shattali
Las mujeres de la Franja de Gaza también habían incorporado nuevas tecnologías en azoteas para crear huertos ecológicos o sistemas hídricos que rellenen sus piscifactorías, pero con la guerra han tenido muchas de ellas que detener su trabajo.
En Colombia, el grupo indígena de los Wayuu liderado por una mujer, ha emprendido reivindicaciones para que les dejen ese agua dulce que les corresponde para poder sobrevivir, en vez de desviarlo hacia la ciudad cercana. También el cambio climático les ha dejado sin agua durante dos años, en los que no ha caído prácticamente ni una gota.
La energía renovable ha llegado al sur de Tanzania gracias a un grupo de mujeres, formado por madres y abuelas que han conseguido que pueda aumentar su seguridad y desarrollo.

Las abuelas de Fiji se han convertido en ingenieras solares.
Fotografía: ONU Mujeres/Laura Cleary
Otro ejemplo nos llega desde la remota Oceanía, en Fiji muchas abuelas se han capacitados como ingenieras solares y trabajan instalando paneles solares en todos los hogares de su aldea, y a su vez imparten esos conocimientos en un taller para formar a más mujeres. En estos lugares donde los desastres meteorológicos son tan comunes, son también ellas las que se ocupan de que exista una seguridad alimentaria y agua potable para el abastecimiento de sus aldeas, así como la mitigación del cambio climático mediante diferentes técnicas.
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