La nueva campaña que ha lanzado esta semana las Naciones Unidas, Wild for Life, cuenta con la colaboración de la celebérrima top model Gisele Bundchen. La brasileña se ha convertido en tortuga marina para concienciar sobre el comercio ilegal de animales, y de vida silvestre, en general. Cuenta la acuciante necesidad de frenar esta actividad ilícita que cada año termina matando a miles de especies, haciendo desaparecer la biodiversidad de nuestro planeta.

Además de la famosa modelo, otras celebridades han querido sumarse a la causa, como el actor estadounidense Ian Somerhalder, que ha pasado a ser un pangolín; la actriz de Bollywood, Jacqueline Fernández, que se ha transformado en un tigre; el futbolista de Costa de Marfil, Yaya Touré, que ahora es un elefante; la cantante vietnamita Thu Minh es un rinoceronte; la actriz, cantante y guionista, Nikki Reed, se ha convertido en un árbol palo de rosa; la modelo y actriz australoindonesa, Nadya Hutagalung, se ha transformado en orangután; y el cantante, compositor y bailarín libanés, Ragheb Alama, es ahora un cálao de yelmo.

La campaña está dirigida por el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA), el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNDP), la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Crimen (UNODD) y la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES).

La novedosa campaña pretende parar la acción de las redes criminales que trafican con especies a punto de extinguirse. Gisele Bundchen explica: «Me entristece que en pleno siglo XXI, con todo nuestro conocimiento y poder, todavía oigamos historias sobre que la vida salvaje se enfrenta a la posibilidad de ser extinguida a manos del hombre. Para mi está claro, que es necesario un cambio global de mentalidad que nos lleve a aceptar el reto de apoyar la campaña Wild for Life de PNUMA». Finalmente, concluye: «El conocimiento es poder, y ahora es el momento de mentalizarnos de que hay que acabar con el comercio ilegal de la fauna silvestre antes de que sea demasiado tarde. Hoy presto mi nombre para cambiar el destino de las tortugas marinas».

La realidad y sus cifras asustan: entre 2010 y 2012, 100.000 elefantes fueron asesinados por el marfil de sus colmillos en África, solamente hay que ver las últimas noticias en nuestro país con la incautación de 74 colmillos de elefantes africanos en una casa de Madrid.

Tres rinocerontes son asesinados cada día, y el rinoceronte negro occidental ya ha sido declarado extinto. Por su parte, los pangolines son los mamíferos que sufren mayor tráfico ilegal del mundo. Los grandes simios ya se han extinguido en varios países africanos. Ya no se puede esperar más para pasar a la acción.