Comenzando la nueva estación, es indispensable llenar nuestro frigorífico con los alimentos de temporada: frutas y verduras de primavera. Dan un toque de color a nuestros platos, pero además rebosan de nutrientes y vitaminas. La mejor manera de darle un “empujón” a nuestro sistema inmunitario para afrontar las altas temperaturas, es revisar el calendario natural.
Frutas de primavera
Nuestros postres no serían los mismos sin esta fruta tan exquisita que ahora está en plena madurez, lista para degustarse de las mil y una formas. Destacan especialmente las riquísimas fresas que dan mucho juego para elaborar bizcochos, tartas, batidos, etc., y se pueden servir en smoothies tan de moda para un desayuno y merienda que proporcione mucha energía. También se pueden añadir los nísperos, una fruta deliciosa que es difícil de encontrar porque se estropea enseguida, y su precio es algo elevado, en la zona de Málaga, Granada o Almería se dan los mejores. Aún así, recomiendo que busques estas dos variedades frutales en tiendas ecológicas, ya que su sabor resulta insuperable en comparación a las tradicionales que suelen proveer de lugares en donde no se han respetado los ciclos naturales.
Las cerezas también comienzan a aparecer en la primavera, aunque más tardíamente. Otra fruta, que combina a la perfección con lácteos o con harina de trigo sarraceno para crear una combinación única para el paladar. Los albaricoques dulces es una fruta que encanta a los más pequeños. Al igual que con los nísperos, es difícil encontrar lugares en donde merezca la pena comprarlos. Dependiendo del agricultor o del lugar de donde proceda, obtendremos variedades más tiernas y jugosas.
Verduras de primavera
Una de las verduras que todos estamos esperando, los chefs más exigentes y yo misma, son los espárragos verdes o trigueros. En este momento inundan los mercados con su verde intenso. ¡Qué decir de ellos!, levantan casi cualquier plato aportando un sabor inconfundible, o simplemente a la plancha con un buen aceite de oliva y un poco de sal (con escamas resulta ideal si es más grueso), son de lo más apetecibles. Cuidado con aquellos que sean demasiados duros y con un color más mate, puede ser que sean demasiado fibrosos, y sean realmente incomibles. La experiencia en estas lides es un grado.
Los guisantes o las habas también son una buena elección para preparar un primer plato que sea recordado por todos los comensales. Resulta inverosímil para algunos tenerlos que sacar de la vaina, un trabajo no demasiado duro, pero que merece la pena. ¡No tienen nada que ver con los de bote aunque sean ecológicos! Os animo a probarlos con zanahorias, cebolla y pimentón dulce; una receta clásica que siempre funciona.
Las alcachofas ocupan un justo puesto en el podio de honor de la alimentación. Tantas formas de hacerlas como de comerlas, las hacen merecedoras de esa fama, más que meritoria. Desde las tradicionales con jamón, hasta salteadas con arroz o con pasta, dan forma a cualquier menú que se precie. Hay que saber hacerlas con algo de precisión ya que pueden dar alguna que otra sorpresa.
Las acelgas o el brécol, son otra buena inversión gastronómica para la primavera, aunque el sabor del segundo no guste a todo el mundo, siempre es posible hacer alguna crema más potente para disimularlo, con leches vegetales o queso, al que se le añaden especies al gusto.
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