Cuando  Joaquín Araújo dijo “quien planta árboles está al lado de la eternidad”, parece que fue pensando en Gingko Biloba; conocido también como el árbol de los cuarenta escudos o el albaricoque plateado, es el árbol único en el mundo. Esta especie fue el único superviviente tras la catástrofe producida por la bomba atómica en la ciudad japonesa de Hiroshima.

Ginkgo biloba o árbol de los cuarenta escudos

Ginkgo biloba o árbol de los cuarenta escudos

Cada otoño este árbol deja caer sus hojas para crear una maravillosa alfombra de oro. Este ser vivo tan original y extraordinario es conocido como portador de esperanza, símbolo de vida y renovación.

Gingko, el ejemplar vivo más antiguo del planeta

El Gingko es el único árbol que existe en el mundo que gracias al desarrollo de su sistema de defensas contra la oxidación, pudo salvarse de la explosión. Fue así como Darwin lo llamó fósil viviente, pues está considerado como el ejemplar superior vivo más antiguo del planeta. Puede florecer en diferentes climas del mundo, sin embargo, crece principalmente en el sur y el este de Estados Unidos, el sur de Francia, China y Corea.

El ‘albaricoque de plata’ como así significa en japonés, posee unas hojas en forma de abanico con un corte en el centro, y de ahí el nombre “biloba” o dos veces lobulado. Se pueden reproducir por esquejes, injertos o semillas y se han llegado a encontrar hojas de Gingko con más de 270 millones de años, registrándose algunos ejemplares de más de 3.000 años.

Estos árboles pueden ser hembras o machos y resulta muy difícil reconocer a qué género pertenecen. Se suelen plantar árboles macho en los parques debido a que las semillas del árbol hembra desprenden mal olor.

Fue en el siglo VII cuando se encontró el primer Gingko en Japón y China. Hasta entonces, se creía que este árbol estaba extinguido, pero lo que sucedía era que los monjes budistas habían descubierto sus propiedades terapéuticas y lo estaban cultivando cuidadosamente, preservándolo de su extinción y exportándolo a través del budismo.

Hojas de Ginkgo

Hojas de Ginkgo

Propiedades del Gingko

El Gingko se utiliza en la medicina china y japonesa para tratamientos de problemas respiratorios, de circulación o pérdida de memoria. Uno de los mejores remedios es mejorar la circulación sanguínea por la capacidad de los extractos de la planta para dilatar los vasos sanguíneos y hacer que la sangre circule de una manera más fluida. Tiene también propiedades antioxidantes, siendo capaz de combatir los radicales libres, que son los responsables del deterioro de las células y la aparición de muchas enfermedades degenerativas.

Aparte de mejorar la circulación sanguínea y de ser antioxidante, el ginkgo mejora la habilidad para recibir señales de los neurotransmisores, capacidad que se va perdiendo con la edad, con lo que se consigue mejorar la transmisión nerviosa. Al mejorar la transmisión nerviosa se favorece también la respuesta muscular. Este árbol es una fuente de numerosas propiedades terapéuticas; disminuyendo el riesgo de coágulos y de sufrir accidentes cerebrovasculares y actuando contra el Alzheimer o el Parkinson.

Para los tratamientos se suelen utilizar las hojas de Gingko y las semillas que contienen enzimas, las cuales contribuyen a metabolizar más rápidamente el alcohol.

Al margen de lo terapéutico, el Gingko es además resistente al fuego, por lo que se utiliza como cortafuegos natural, soporta bien la contaminación, las bajas temperaturas, la falta de luz y la radioactividad.