Si los artistas del siglo XXI quieren realizar sus obras teniendo en cuenta el Medio Ambiente y el impacto que produce sobre él, la nueva corriente artística pasa por utilizar la alimentación como materia prima, es el llamado Arte comestible. Una forma de crear productos atrayentes y coloridos, pero teniendo en cuenta que su producción repercutirá en una menor contaminación.
Una artista que se ha propuesto romper con todo lo establecido hasta ahora es Margaret Dorfman. Vive y trabaja en Estados Unidos, en donde expone su obra. Una obra que gira en torno al huerto. Calabacines, lechugas, remolachas, rábanos, pimientos, zanahorias, puerros o brócoli son algunos de los ingredientes inverosímiles que usa. Además de otras especies frutales como naranjas, manzanas, sandías, etc. Todo un universo multicolor lleno de vitaminas, rebosa de sus obras de arte.
Para configurar estos increíbles objetos que realiza, desde centros de mesa hasta abalorios, se pasea por casi todos los mercados que puede, eligiendo las mejores piezas para conformar sus composiciones. Una tarea que le lleva bastante tiempo, y que le encanta hacer. Sus mercados favoritos son los mejicanos y los que existen en Chinatown. Allí encuentra los elementos indispensables para diseñar las decoraciones más originales y únicas. Ninguno es igual a otro, es lo que tiene la artesanía.
Su obra ya está expuesta en diversas galerías por medio Estados Unidos, y el otro medio está deseando tenerlas para poder contemplar su belleza. Mágicas y translucidas, inspiran un retorno a la Naturaleza. Sus formas orgánicas esculturales parece que levitan formando parte de un universo onírico, pero no. Trabajo y sudor cuesta hacer cada una. Primero, cortarlas dándolas la configuración deseada, después el secado y posteriormente el apelmazado con prensa hidráulica sin productos tóxicos. Las sobras de su trabajo van destinadas a centros de animales. Todo se usa o forma parte de una cadena de reciclaje.
Desde luego, un ejemplo a seguir. Obras biodegradables que a su vez están llenas de vida, ocupan ese espacio vacío que existe en el mundo del Arte. Un espacio que poco a poco va teniendo peso, y que tiene mucho que decir a esta sociedad consumista. Investigación y trabajo, está detrás de todo ello.
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