El 25 de mayo se celebra el Día de África. Un día muy importante para el continente africano para reivindicar la riqueza natural y cultural que representa este rico continente, y a su vez denunciar la pobreza, la falta de desarrollo, los conflictos armados o la inseguridad alimenticia y la falta de salud, provocados por años de explotación del mal llamado “mundo desarrollado”.

Foto realizada por Mutua Matheka
África es un continente poderoso de grandes contrastes. Es el continente donde manadas de gnus y cebras galopan por las praderas interminables, donde los gorilas rondan por espesas selvas, donde los leones acechan a sus inadvertidas presas. Pero también es el continente de los desiertos áridos y faltos de agua y vida.
Pero África no es sólo un continente de maravillas geológicas y de espacios naturales de gran biodiversidad. A través del los siglos, se han desarrollado las culturas tradicionales adaptadas extraordinariamente, en una simbiosis única, a las condiciones locales. Los bosquimanos recorren el desierto de Kalahari, los ngunis conducen su rebaños de ganado a través de extensas llanuras, pueblos que actualmente están siendo siendo empujados al borde de su extinción debido a la explotación incontrolada de recursos naturales como el oro o los diamantes que provocan guerras civiles y muerte.
Las cifras de pobreza en África son escalofriantes
La salud es un derecho y una piedra angular del desarrollo sostenible y la seguridad mundial. La reciente epidemia del virus del ébola no ha hecho sino poner en evidencia este hecho. Las cifras de pobreza en África son escalofriantes:
- Una tercera parte de las familias se endeuda o cae en la pobreza al tratar de costearse su salud.
- Aún teniendo el 24% de la carga mundial de morbilidad, solo cuenta con el 3% del personal sanitario y el 1% de los recursos económicos destinados a la salud.
- El riesgo de que un niño muera antes de los cinco años en África es ocho veces mayor que en Europa.
El Día de África se remonta al año 1963…
El Día de África se remonta al año 1963, cuando 32 líderes de estados africanos se reunieron en Addis Abeba (Etiopía) para formar la Organización de la Unidad Africana (OUA), hoy Unión Africana (UA).
El Día de África, es de gran importancia para el continente africano, para concienciar al mundo de la importancia que supone las ayudas al desarrollo para este continente, olvidado y menospreciado por los países mal llamados “desarrollados”.

Foto realizada por Mutua Matheka
La Ayuda al Desarrollo para África es insuficiente
Con el pretexto de la crisis económica, Europa a ha reducido la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) y mira para otro lado cuando miles de inmigrantes subsaharianos cruzan el estrecho o se dejan la vida en tragedias como las de Lampedusa (Italia).
La Ayuda al Desarrollo para África de los que se denominan desarrollados es francamente pobre, situándose entre los años 2000 y 2012 en torno al 38% de su Renta Nacional, apenas algo más de la mitad del objetivo acordado del 0,7%. Solo 5 de los 28 países del Comité de Ayuda al Desarrollo (CAD) estuvieron a la altura de dicho compromiso: Noruega, Suecia, Luxemburgo, Dinamarca y Reino Unido. España, siendo el noveno más rico entre los países del CAD, se colocó en el puesto 14 en solidaridad, destinando un promedio de apenas el 0,3% de su Renta Nacional desde la Declaración del Milenio.
Hacia un modelo de desarrollo humano, ecológico y sostenible
Debido a la economía globalizada dentro del sistema capitalista, ha provocado en África, la desigualdad, la pobreza y explotación de millones de personas para generar riquezas de unos pocos. Ante este escenario tan negativo de este continente, se vislumbran algunos cambios que intentan modificar la situación actual. Aparecen algunas herramientas que respetan los principios de un desarrollo sustentable, aunque los países aun no logran desarrollarlo en forma completa ya que aún hay desequilibrios entre las áreas, económicas, social y ambiental.
El cambio hacia un modelo de desarrollo humano, ecológico y sostenible supone un cambio de mentalidad y una concienciación social de la necesidad de estos cambios. Es por ello que se ha de intervenir desde la educación formal y no formal a través de una Educación para el Desarrollo. Una educación que es para y en el desarrollo y no sólo para el crecimiento económico, en cuanto que el desarrollo supone un proceso que conduce a la realización y potenciación de capacidades individuales y colectivas. La Educación para el Desarrollo debería plantear las cuestiones éticas que se relacionan con el funcionamiento de la sociedad y por lo tanto tendrá relación con las problemáticas implicadas entre otras como la paz, la democracia, la multiculturalidad, el consumo, la salud, y el medio ambiente.
https://vimeo.com/156734533