Según aparece en un informe realizado por la Fundación Vivo Sano con la campaña Hogar sin tóxicos, el 70% de las empresas españolas consultadas y dedicadas a la alimentación se mantienen “opacas” cuando se les pregunta si usan bisfenol A en sus envases o latas. Una triste realidad, que confirma lo desprotegidos que se encuentran los consumidores a la hora de llenar la cesta de la compra en España; sin información por parte del gobierno, ni de las propias empresas. Una ignorancia que puede traer consecuencias graves para su salud, sobre todo sabiendo que el Estado se supone que debería velar por toda la sociedad en su conjunto, y su bienestar.

101 empresas encuestadas –con 98 acuses de recibo–, 73 no respondieron y sólo 28 aportaron información respecto a su política sobre el bisfenol A.

latas supermercado

El estudio se presentó ayer en Madrid de la mano de Carlos de Prada, responsable de Hogar sin tóxicos, y por el científico Nicolás Olea, catedrático de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada e investigador del Centro de Investigación en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP).

Algunas de las más conocidas y poderosas marcas que tienen delegaciones comerciales en España han declinado hablar de esta cuestión tan significativa, tanto supermercados como empresas de alimentación. Esta falta de transparencia hace dudar de la calidad de sus productos, de su responsabilidad y de su preocupación por las personas que mantienen su confianza en ellos.

Por suerte, hay otras empresas (muy pocas) que se han dado cuenta de lo fundamental que es ofrecer alimentos saludables, sin ningún riesgo para la salud humana y han empezado o están en la labor de eliminar el bisfenol A de sus envases o latas. 5 empresas afirmaron explícitamente haber retirado ya esta sustancia tóxica de todas sus latas y envases, y 8 lo habían reemplazado en mayor o menor proporción o están en proceso de hacerlo (2 de ellas afirmaron que lo eliminarían a lo largo de este año). En el informe se ha querido resaltar la importancia de las respuestas, ilustrando las contestaciones de las empresas con un semáforo: en rojo, las empresas que se amparan en que el bisfenol A es “seguro” y que dicen cumplir con la ley o que hicieron mutis por el foro; en amarillo, las que se muestran dispuestas o están abiertas a los cambios; y por último en verde, para aquellas marcas que ya se han responsabilizado y han hecho o están haciendo los oportunos cambios.

Al igual que ha pasado con otros temas (prefiero no empezar con esa lista larguísima), en cuanto se empiece a expandir esta información, no habrá marca que no quiera pasarse al otro bando. Más que nada porque sus ventas pueden verse afectadas (aunque solamente sea por eso, y no por poner en riesgo la salud de las personas). Las Redes Sociales son muy poderosas, y todos ya hemos comprobado de lo que se puede llegar a hacer a través de ellas. Todos recibimos correos electrónicos o whatsapp con multitud de informaciones que van pasando de “mano en mano”.

El problema se encuentra ahora en saber que sustitutos se están poniendo en lugar del bisfenol A, ya que de algunos de ellos no se sabe casi nada de su posible repercusión en el organismo.

El bisfenol A es una sustancia que puede acarrear problemas de salud a quien lo consume, según los últimos informe científicos. A esta sustancia se la relaciona como un factor de riesgo para desarrollar enfermedades  como la obesidad, la  diabetes, la hipertensión o las enfermedades cardiovasculares; además de la disminución de la fertilidad, las alteraciones tiroideas, las alteraciones del sistema inmunológico, o diversos tipos de cáncer, entre otras dolencias.

Lo que aún no cabe en la cabeza de nadie, es que si se ha eliminado ya de los biberones de los bebés en la Unión Europea, es decir ya se sabe con certeza sobre todos los inconvenientes que puede ocasionar, ¿cómo es que no se ha dado un paso más allá y se prohíbe rigurosamente para el resto de las personas? En Francia sí se ha legislado, y está prohibido en cualquier tipo de envase que contenga alimento. ¿Para cuando el resto? ¿A qué están esperando? Como ya he escrito muchas veces en España el tema de la prevención en cuestión de salud pública brilla por su ausencia.

“Todos tenemos bisfenol A en nuestro cuerpo y nos llega sobre todo a través de la alimentación, porque este compuesto tóxico pasa de las latas a los alimentos y los contamina. Puede ser perjudicial incluso a concentraciones tan bajas que es prácticamente imposible establecer un nivel seguro de exposición. Las embarazadas y los bebés están más expuestos, porque el bisfenol A atraviesa la barrera placentaria, por lo que la población hoy en día ya nace contaminada por este tóxico. Por lo tanto, nadie está exento de riesgo y lo único que se puede hacer es prohibir totalmente el bisfenol A en envases de comida y bebida”, afirma rotundo el investigador Nicolás Olea.

Este envenenamiento consentido es algo inaudito y está fuera de cualquier lógica. ¿Qué puedes hacer para pararlo? Reivindicar tu derecho a estar sano. Te animo a que te unas a la campaña para retirar el bisfenol A. Entre todos podemos para las riendas de un Estado que al parecer está para “otros asuntos más relevantes”.