El control de la calidad del aire preocupa a los expertos a nivel mundial, debido a la necesidad de estandarizar los procedimientos de análisis y recogida del muestras para poder cumplir la normativa vigente. Especialistas de toda Europa integran un grupo de investigación pionera, liderada por la Universidad Santiago de Compostela, con el fin de usar el musgo como medidor de la calidad del aire dentro del programa Mossclone.

Ensayos-stgo-1-650x365

Un bioindicador es un ser vivo cuya presencia o ausencia en un medio, así como su estado, nos da información sobre ciertas características del medio en el cual viven. Dada su simplicidad estructurar como sus características fisiológicas, los briófitos (musgos) son perfectos bioindicadores y llevan usándose años para ello. El programa Mossclone da un paso más utilizando el musgo no solo como bioindicador, sino también como filtro de contaminantes para su posterior análisis.

El musgo tiene una capacidad bioacumuladora elevada, es decir, capta determinados elementos del medio en el que vive y los acumula en sus tejidos sin eliminarlos ni transformarlos mediante procesos metabólicos. Por ello, es ideal para medir la contaminación atmosférica de microcontaminantes, consiguiendo establecer criterios comunes de evaluación de la calidad del aire en toda la Unión Europea.

mossclone

Este método ahorrará costes en el proceso de control de la calidad del aire debido a que el musgo hace posible la detección de distintos tipos de contaminantes. Para evitar el impacto ecológico que supone recoger el musgo de su medio natural, se está experimentando con un musgo clonado y cultivado de forma intensiva en el laboratorio, que será desactivado aprovechando las estructuras superficiales para ser transferidas a bolsas permeables al aire que serán colocadas en las estaciones de monitoreo. Con esto, además de la reducción de impacto ecológico, se consigue un material vegetal de partida caracterizado y homogeneo, siendo mucho más fiables las medidas tomadas a posteriori.

Tras la reunión de expertos europeos el pasado mes de noviembre en la Universidad de Santiago de Compostela, las investigaciones siguen por buen curso. Los investigadores esperan que el musgo clonado y desvitalizado se utilice en un futuro cercano como monitor de la calidad del aire en toda Europa.