Las muestras recogidas por la expedición científica “Acciona Windpower Antártica”, que surcó los hielos del Polo Sur con su peculiar e innovador “Trineo Solar”, contienen restos de sustancias contaminantes peligrosas en el continente helado.
Las muestras recogidas y analizadas de aire, hielo, agua, vegetación y pequeños organismos realizadas por el equipo de investigación de “Acciona Windpower Antártica” contienen restos de bifenilo ploriclorado (PCB), una de las 12 sustancias tóxicas y contaminantes más peligrosos del mundo, dentro del grupo denominado Contaminantes Orgánicos Persistentes (COP), además de pesticidas organoclorados (ACO).
Esto demuestra que la Antártida, a pesar de se uno de los lugares más inhóspitos del planeta, no se escapa de los efectos nocivos de la contaminación producida por el hombre.
El bifenilo ploriclorado (PCB) es un compuesto químico que comenzó a utilizarse hace más de 60 años. Es una sustancia resistente al fuego, muy estable, no conduce electricidad y tiene baja volatilidad a temperaturas normales, ideal para la elaboración de una amplia gama de productos industriales y de consumo. Pero debido a su toxicidad, se prohibió en EEUU y Europa, pero se ha seguido utilizando en muchos países del mundo.
Según los científicos, el PCB es muy peligroso porque tiene efectos crónicos sobre la salud.
«A veces no hay evidencias directas a corto plazo, sino que existen riesgos a largo plazo. En los países desarrollados se hacen estudios en la leche materna para saber si está contaminada con PCB, ya que esta sustancia se disuelve muy fácilmente en las grasas. De esta manera, no sólo está comprometida la generación actual, sino también las futuras»
Los investigadores pensaban hasta ahora que estas sustancias tóxicas eran atrapadas por el hielo antártico y no pasaban a la meseta, pero el estudio demuestra todo lo contrario. Esta expedición precisamente surcó los hielo del continente para adentrarse en el interior para tomar muestras, que hasta ahora no se habían realizado, al estar situadas todas las bases científicas de la Antártida en la costa.
El trabajo científico está co-dirigido por la investigadora Ana Cabrerizo (del Instituto para el Medio Ambiente y la Sostenibilidad de la Comisión Europea) y por Jordi Dachs, del IDAEA-CSIC (Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua), quien lo presentará mañana. Además figura el explorador Ramón Larramendi, que lideró la expedición; Juan Pablo Albar, del Centro Nacional de Biotecnología (CSIC), que realizó la recogida de los datos, y Gemma Caballero (IDAEA-CSIC).
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