La lucha contra el fuego en Andalucía tiene unos aliados especiales: miles de cabezas de ganado, entre cabras y ovejas, que, gracias al programa RAPCA, pastan en las zonas de cortafuegos para eliminar el combustible vegetal de una forma ecológica y natural.

El pastoreo es una labor tradicional que lleva ejerciéndose en los montes andaluces desde tiempos inmemoriales. Su empleo de forma ordenada y regulada permite proteger el ecosistema mediterráneo de los habituales incendios, cuidando los cortafuegos de una forma sostenible, a la vez que se valora y reconoce la labor de los pastores.

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La Red de Áreas Pasto-Cortafuegos de Andalucía (RAPCA) consiste en el empleo de ganado en las zonas habilitadas como cortafuegos. De esta forma, miles de ovejas y cabras eliminan el combustible vegetal y mantienen limpias y saneadas estas infraestructuras vitales para la prevención contra incendios.

El programa comenzó en 2005 con una superficie a cubrir de poco más de 500 hectáreas en las que actuaban 5 pastores con menos de 2.000 cabezas de ganado. Unos años después, en 2011, eran más de 6.600 hectáreas de terreno las que colaboraban en este plan, con 229 pastores que llevaban a casi 100.000 animales a pastar por las zonas indicadas.

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Los montes adheridos a esta iniciativa son de titularidad pública y ya disponen de una estructura de prevención contra incendios, además de una base tradicional de ganadería en sus tierras. En ellos, el mantenimiento de algunos cortafuegos es complicado por la dificultad de acceso o la orografía; es ahí donde entran los animales, con menores problemas para transitar por estos espacios y mantenerlos limpios.

Es precisamente en esta época, durante la primavera e inicio del verano, cuando el pastoreo controlado en estas áreas debe ser intenso, antes de que comience la época de mayor riesgo de incendio.

La Junta de Andalucía suscribe convenios anuales con los ganaderos que participan en el RAPCA, donde se establecen las áreas de trabajo, la evaluación de los resultados y la remuneración correspondiente. La responsabilidad de los pastores es el control de la vegetación en las zonas previamente determinadas. De esta forma, se fomenta la custodia del territorio.

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El pastoreo controlado en los pastocortafuegos de los montes andaluces permite, además, una vigilancia del monte por parte de los ganaderos, a la vez que contribuye al desarrollo rural sostenible en las zonas que cuentan con este sistema de prevención de incendios. No obstante, el RAPCA ha permitido poner en marcha un programa formativo para impulsar y promocionar el empleo forestal y fomentar así el oficio de la ganadería.

Gracias a este plan, los montes andaluces se mantienen protegidos contra los incendios de una forma natural y respetuosa con el entorno. Al evitar la entrada de maquinaria pesada, se protege el suelo y se reduce la contaminación. Además, los animales contribuyen a la dispersión de semillas y la reducción de la erosión.