El carnaval es una fiesta popular llena de color y alegría que se celebra justo antes del comienzo e la cuaresma cristiana. Esta celebración, que podría tener origen en las fiestas paganas en honor a Baco, las calles se tiñen de multitud de colores a pesar del gris invierno y las personas se disfrazan dejando de lado su actitud habitual para seguir el rol que marca el personaje al cual representan con su disfraz.

En estos días, las tiendas se llenan de disfraces, pelucas, complementos… pero no es necesario gastar en un nuevo modelito cada año para no repetir, ya que con materiales reciclados y un poco de paciencia se pueden lograr disfraces únicos y originales. Y además, ayudaremos al medio ambiente y a nuestros bolsillos si tiramos de imaginación y de lo que en un principio consideraríamos residuos.

Uno de nuestros grandes aliados a la hora de crear un gran disfraz fácilmente y sin invertir dinero es el cartón. Miles de cajas de todos los tamaños se desechan diariamente en nuestros hogares y en muchos negocios. En esta época del año podemos darlas una nueva vida y con ayuda de pintura, pegamento y unas tijeras hacer verdaderas obras de arte.

Las bolsas de plástico que tanto quebradero de cabeza nos dan cuando acaban abandonadas en el medio natural, también son un material excelente para crear curiosos disfraces. Eso sí, en este caso hay que tener buena mano con las manualidades. Pero con paciencia, pegamento, aguja e hilo y un poco de imaginación se consiguen disfraces tan creativos como este.

El papel de periódico o los canutillos de cartón del papel de celulosa son otro de los elementos que podemos encontrar en casa y que nos ayudarán a lograr disfraces impresionantes con material reciclado sin necesidad de hacer una visita a la tienda del barrio.

Hay multitud de opciones, solo necesitas dedicarle un poco de tiempo, ir guardando material reciclado, tijeras y pegamento y por supuesto mucha imaginación. El resto será cuestión de maña, pero no solo es importante el resultado final, sino también el proceso, el hecho de hacer algo único ayudando al medio ambiente y enseñando a reciclar y reutilizar cosas que acabarían en el vertedero. Una actividad divertida que hacer en familia.