Los huertos urbanos se enfrentan a un ambiente contaminado, pero no por ello debemos desechar la idea de tener un cultivo ecológico y seguro. Solo es necesario tomar unas medidas previas a la hora de planificar nuestro huerto, minimizando al máximo el daño que un ambiente poco saludable puede hacer en nuestras plantas y nuestra salud. Son muchas las medidas que se pueden tomar a la hora de crear un huerto saludable en la gran ciudad, desde hacer un estudio completo del suelo a eliminar los primeros estratos del mismo por tierra nueva no contaminada, pero los que os presentamos están al alcance de todos sin suponer un aporte extra de recursos económicos.

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A la hora de proyectar un huerto urbano se debe de elegir bien la zona en la cual se va a llevar a cabo dicha actividad. Un suelo que hubiera estado con anterioridad con cubierta vegetal es más saludable que uno desprovisto de ella, pues los contaminantes habrán sido absorbidos por las especies vegetales presentes. Es importante retirar esta cubierta vegetal, prestando atención a que no queden restos de raíces pues son las que más acumulan dichos contaminantes, y no usarla con posterioridad para la realización de compost pues contendría metales pesados acumulados.

También es importante que el emplazamiento esté alejado de focos contaminantes, como son las fachadas anteriores a 1978 que podrían contener restos de pinturas con Pb ya que hasta esa fecha eran muy comunes o zonas con elevado tráfico, sobre todo si ya lo eran antes de que se prohibieran los carburantes con dicho metal. También es importante ubicar el huerto alejado de zonas industriales o con elevada actividad constructora, ya que el polvo levantado al realizar estas actividades podría desplazar la contaminación.

El suelo alcalino dificulta la absorción de metales, por lo tanto encalar la tierra podría ser una buena manera de combatir los supuestos contaminantes de la zona aunque no se debe olvidar que hay metales que son imprescindibles para el desarrollo vegetal y que estos también sufrirán las consecuencias del encalado. Por ello esa actividad debería ser realizada solo por especialistas y tras el encalado es imprescindible nutrir el suelo con compost, que además de aportar nutrientes esenciales, bajará el pH favoreciendo la absorción de los mismos.

En huertos urbanos, la elección de los cultivos es fundamental ya que la absorción y translocación de contaminantes depende mucho de las especies vegetales. Quedan desaconsejados los cultivos de tubérculos, ya que son estos los que mayores contaminantes acumulan y los de hojas verde pues son los que más metales translocan a su parte aérea. En contraposición, por su bajo transporte a los órganos vegetativos los cultivos más aconsejados son tomates, fresas y calabazas. Sin embargo, se podrán cultivar las especies desaconsejadas si se hace en jardineras o cajones de cultivo con tierra nueva no contaminada.

HUERTO URBANO

Además de tomar estas medidas, a la hora de remover el sustrato de cultivo es importante usar siempre guantes y mascarillas para evitar respirar polvo contaminado. Y toda la cosecha recogida debe ser bien lavada pues pese a no usar fitosanitarios es posible que los frutos recogidos contengan una capa de polvo contaminado o restos de partículas contaminantes atmosféricas en suspensión.

Con estas medidas, conseguiremos un huerto urbano ecológico pese al ambiente que nos rodea. Por ello conviene recordar que antes de comenzar nuestro huerto urbano debemos plantearnos cómo hacerlo y acudir a expertos si tenemos dudas o pensamos que nuestra tierra puede tener contaminantes más allá de lo que se consideraría normal en una ciudad.