El Ministerio de Medio Ambiente de Albania ha prohibido la caza durante los próximos dos años. El objetivo de esta decisión es proteger a las especies amenazadas en el país de una actividad que se ha descontrolado en los últimos años, sobre todo por las prácticas furtivas y la llegada de extranjeros en busca de turismo cinegético.
Albania fue una república socialista desde el final de la II Guerra Mundial hasta la década de los noventa. Bajo el régimen comunista, el control de armas y de licencias de caza en el país era estricto pero, tras la conversión a la actual república albanesa, las armas empezaron a proliferar, sobre todo tras los saqueos de cuarteles policiales y militares durante la revolución de 1997.
Así, de las 12.000 armas que había en la era socialista, se ha pasado a más de 75.000 en la actualidad, solo contando las legales. Este hecho ha facilitado el aumento la actividad cinegética, ya sea como actividad económica o simplemente para conseguir alimento. Lamentablemente, en la mayoría de los casos hablamos de caza furtiva y descontrolada.
Al auge de la actividad entre los nacionales albaneses hay que sumar la proliferación del turismo extranjero, sobre todo italiano, para poder matar ejemplares que en otro sitio no podrían, como los linces. Una fuente de ingresos verdaderamente lucrativa para los conocedores de los montes albanos, que sirven de guía para los turistas y obtienen un beneficio mucho mayor que en otros empleos.
Los efectos de esta situación han sido devastadores: los faisanes, por ejemplo, han desaparecido del país, mientras que otras especies de gran interés cinegético como las codornices o los conejos han visto seriamente diezmada su población. El número de ejemplares de otras especies relacionadas también ha sufrido un desplome, como es el caso de los zorros.
Con esta moratoria, el gobierno espera controlar la situación y poder aspirar a una gestión sostenible de la fauna. La consecución de este objetivo pasa por hacer cumplir la nueva ley de forma eficaz, que incluye elevadas sanciones económicas y la confiscación de armas, algo que hasta ahora no se estaba logrando, así como concienciar a la población para que no se sigan llevando a cabo prácticas ilegales. El éxito de la nueva normativa también debe pasar por un futuro control del turismo cinegético extranjero.
Las aves también se han visto afectadas por la caza descontrolada en Albania, ya que el país mediterráneo es una zona de paso de migraciones, por lo que la avifauna disfrutará, al menos durante los próximos dos años, de mayor libertad de movimiento al atravesar esta región de los Balcanes en su trayecto entre el norte de Europa y tierras africanas.
¿Sentará precedente internacional esta decisión del gobierno albano?
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