Un reciente estudio realizado por científicos del CIFOR (Center for International Forestry Research) refuerza la hipótesis de la “Teoría de la bomba biótica”, la cual señala que los bosques desempeñan un papel importante en la determinación de las lluvias al crear vientos atmosféricos que extienden la humedad de los continentes.

De ser así, el modelo podría revolucionar la forma de entender el clima local y su vulnerabilidad, de modo que sería necesario un cambio en la gestión forestal enfocado a reforestar y cuidar los bosques de manera urgente; ya que, la pérdida significativa de bosques podría provocar la trasformación de regiones tropicales en paisajes desérticos, pues “Tradicionalmente, se ha sostenido que zonas como el Congo o el Amazonas tienen altos niveles de pluviosidad porque se encuentran en partes del mundo que experimentan altas precipitaciones. Pero nosotros proponemos lo contrario: que los bosques son los que provocan las lluvias y que si estos bosques no se encontraran en esas áreas, estas serían desiertos», afirma Douglas Sheil, co-autor de un artículo publicado al respecto en la revista Atmospheric Chemistry and Physics e investigador del CIFOR en un artículo de Ashlee Betteridge publicado por dicho Centro.

¿Cómo funciona la bomba biótica?

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El modelo de la bomba biótica explica por qué el aire se eleva sobre zonas con una evaporación más intensiva, como los bosques. La baja presión resultante atrae aire húmedo adicional, dando lugar a una transferencia de vapor de agua que cae en forma de lluvia en las regiones con mayor evaporación.

El hecho de ser un modelo contrario a los modelos climáticos existentes, los autores se han enfrentado a diversos obstáculos para su constatación. «Es difícil convencer a la gente de que una idea radical como esta, basada en principios físicos simples, pueda haber pasado desapercibida durante tanto tiempo», explica Sheil. «La gente está segura de que es incorrecta y no quiere perder el tiempo con ella.» Sin embargo, con su trabajo, los científicos pretenden “llevar la física al campo de la ciencia del clima”.

Con el debate abierto, especialistas y científicos discuten sobre la veracidad y funcionalidad de esta teoría, cosa que de proliferar podría tener importantes implicaciones políticas, puesto que “Una vez que aceptemos la idea de que la masa forestal determina las precipitaciones, se necesitará crear una gran cantidad de políticas que reconozcan este valor», señala Sheil. Esta teoría abriría grandes posibilidades para “la mejora del nivel de precipitaciones en regiones áridas, a través de la reforestación. Pero tendríamos que invertir mucho más esfuerzo en investigación para observar la magnitud potencial del impacto de este concepto».

A fin de cuentas, lo que este controvertido modelo climático trata de explicar, es que  debemos reforestar para aumentar las lluvias, de tal forma que el bienestar humano estuviera asegurado en cualquier parte del mundo debido a la presencia de algo tan vital como es el agua.

Fuente: Blog del CIFOR y Tendencias21