El accidente en la central nuclear de Fukushima, que surgió a raíz de un intenso terremoto y posterior tsunami que azotó a Japón el pasado marzo, llevó a poner en duda la seguridad de la energía nuclear en todo el mundo, parando reactores nucleares y cambiando la política energética de muchos países.
Ahora, con la tragedia aparentemente desvanecida en el tiempo, el nuevo gobierno japonés ha decidido revertir esta decisión, y una vez más invertir en esa misma energía que sigue dañando y contaminando Japón y el resto del mundo.
El gobierno se ha comprometido en abrir de nuevo los reactores inactivos si pasan las pruebas de seguridad y no ha descartado la posibilidad de construir nuevos reactores. Toshimitsu Motegi, ministro comercial de Japón dice que no pondrá en riesgo la reactivación de la economía de Japón a costa de la libertad nuclear. Dado que todos menos dos de los reactores de Japón han sido cerradas, probablemente tomará meses o años para que las cosas en marcha y funcionando de nuevo. Sólo el tiempo dirá si el pueblo de Japón apoyará o rechazará la energía nuclear.
Fuente: inhabitat.com
Japón tiene unos cuantos problemas a la hora de cambiar de modelo energético. Lo que hicieron, prescindiendo de golpe y porrazo de la nuclear, fue una cafrada que ha lastrado su economía. Se puede prescindir de la nuclear pero no de un día para otro como hicieron ellos.
Son 130 millones de personas en uno de los países más tecnológicos del planeta, con un gasto energético brutal y su apuesta por las renovables se ha encontrando con dos graves problema: no disponen de espacio y no disponen de una extensa red eléctrica porque las mitades norte y sur trabajan a frecuencias distintas (en un momento de la historia le compraron los generadores a los EEUU y en otro a RU).
Hasta que no pueda resolver estos problemas (y seguro que a medio plazo lo conseguirán) les va a tocar apechugar con la nuclear pero me da a mi que no les pilla otro maremoto desprevenidos.