
Dibujo realizado por Jonathan Raddatz
El accidente en la central nuclear de Fukushima, que surgió a raíz de un intenso terremoto y posterior tsunami que azotó a Japón el pasado marzo, llevó a poner en duda la seguridad de la energía nuclear en todo el mundo, parando reactores nucleares y cambiando la política energética de muchos países.
Ahora, con la tragedia aparentemente desvanecida en el tiempo, el nuevo gobierno japonés ha decidido revertir esta decisión, y una vez más invertir en esa misma energía que sigue dañando y contaminando Japón y el resto del mundo.
El gobierno se ha comprometido en abrir de nuevo los reactores inactivos si pasan las pruebas de seguridad y no ha descartado la posibilidad de construir nuevos reactores. Toshimitsu Motegi, ministro comercial de Japón dice que no pondrá en riesgo la reactivación de la economía de Japón a costa de la libertad nuclear. Dado que todos menos dos de los reactores de Japón han sido cerradas, probablemente tomará meses o años para que las cosas en marcha y funcionando de nuevo. Sólo el tiempo dirá si el pueblo de Japón apoyará o rechazará la energía nuclear.
Fuente: inhabitat.com
Son 130 millones de personas en uno de los países más tecnológicos del planeta, con un gasto energético brutal y su apuesta por las renovables se ha encontrando con dos graves problema: no disponen de espacio y no disponen de una extensa red eléctrica porque las mitades norte y sur trabajan a frecuencias distintas (en un momento de la historia le compraron los generadores a los EEUU y en otro a RU).
Hasta que no pueda resolver estos problemas (y seguro que a medio plazo lo conseguirán) les va a tocar apechugar con la nuclear pero me da a mi que no les pilla otro maremoto desprevenidos.