Radiación procedente de la central nuclear de Fukushima-1, ha sido encontrada en atunes rojos de la costa oeste de Estados Unidos. Científicos como Dan Madigan de la Universidad de Stanford, han corroborado la procedencia del pescado.

Según parece, estos peces contienen una radiación 10 veces mayor al nivel medio registrado en 1980. Los atunes desovan en las costas de Japón, para después recorrer 9.500 kilómetros en su migración hasta las costas de California, en Estados Unidos; o a las mexicanas, en la Baja california.

Aunque los investigadores no esperaban encontrar cesio-134, y él detectado en esta especie tiene una vida media de dos años; se cree que los nuevos ejemplares, que nacieron justo cuando sucedió el accidente y se criaron ya en aguas contaminadas, serán portadores de una cantidad mayor de radiación.

Al parecer, antes de que sucediera el accidente, no se tenía constancia de la aparición de trazas de cesio-134 en los ejemplares de atún rojo que venían a Estados Unidos. Dan Madigan ha subrayado, «el estudio de este año contará con una muestra más amplia de peces, edades y tamaños».

Estaremos atentos a cualquier noticia que surja respecto a este tipo de pescado. Todo sea, que lo que parece no ser preocupante, se convierta en un riesgo para la salud.