Cuando los telediarios afirman y reafirman que la crisis nos afecta a todos (salvo obvias excepciones que no hace falta mencionar), el medioambiente tampoco se libra. Los recortes que se están aplicando en España para intentar salir de esta odiada crisis, han alcanzado también a los Espacios Naturales Protegidos y, por supuesto, no están exentos de polémica.
Para empezar, en algunos Parques Naturales, como por ejemplo el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrocha, ya no hay personal en los puntos de información para atender a los visitantes; En los cuatro Parques Nacionales de Canarias (Cañadas del Teide, Timanfaya, Garanojay y Caldera de Taburiente) se recortará un 70% del presupuesto destinado a su mantenimiento y conservación; Por otro lado, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente suprimirá las subvenciones a las áreas de influencia de los Parques Nacionales; En Catalunya, la Generalitat redujo en 2012 un 47% el presupuesto para los 17 consorcios que gestionan los espacios naturales de protección básica.
La polémica viene debido a que estos y otros recortes han provocado despidos de personal y una reducción considerable de proyectos llevados a cabo en los parques. Además, el Ministerio ha anunciado su previsión de introducir nuevas fórmulas de generar ingresos en los espacios protegidos, siendo la más llamativa la de habilitar zonas de actividad cinegética sacando a subasta la caza de ciervos y jabalíes que, sin duda, pondrán en peligro áreas incluidas en la Red Natura 2000 que serán descatalogadas, como ya ha ocurrido con algunos refugios de fauna en Castilla-La Mancha.
Además, para lavarse un poco las manos, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, ha anunciado para el primer semestre del año un plan para fomentar el turismo en los parques naturales; y yo me pregunto: ¿Cómo se pretende fomentar esto si se recortan elevados porcentajes en los fondos destinados a conservación y mantenimiento, incluyendo el despido de personal?
El mayor error de todo esto no son en sí los recortes, sino el hecho de que estos se están haciendo sin tener siquiera un plan alternativo para la obtención de recursos en cuanto a su cuidado, y sin que conste que previamente se haya hecho una evaluación a fondo de las consecuencias de estas nuevas medidas.
Fuente: La Vanguardia
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