“Darme cuenta de que la madera vieja e imperfecta resulta más atractiva que la nueva fue como una iluminación», a esta conclusión llegó el artista Piet  Hein  Eek, después de pensar en trabajar con algo disponible y barato. Utiliza materiales de desecho como maderas provenientes de antiguos muebles, puertas, embalajes industriales…

Según cuenta, empezó a utilizar los recortes de madera del desguace, ya que, ante todo, “no soporto tirar cosas. Me provoca incluso malestar”. Comenzó su andadura en 1990, al presentar como proyecto de fin de curso para la Design Academy de Eindhoven, un armario totalmente realizado con trozos de madera reciclados. Desde entonces fue la marca de la casa. Aunque sus obras están hechas de manera artesanal, cuenta que: «No me gustan las piezas únicas: me interesa lo reproducible. Yo quiero hacer mobiliario, no obras de arte». En sus preciadas muebles todo se ve, desde las bisagras hasta los tornillos.

Aunque, museos como el MOMA de Nueva York y el Stedelijk de Ámsterdam, tienen en sus colecciones piezas suyas; él sigue viviendo en el pueblo holandés de Geldrop, enfrente de su taller, en el que tiene empleadas a 30 personas. Trabaja según su ritmo y no el del mercado, acepta trabajos a medida por encargo.

Le encanta experimentar con el metal, aunque le gustan todos los materiales por algunas de sus cualidades específicas. Intenta utilizar, exclusivamente, materiales que pueda encontrar en el área para reducir al mínimo los gastos de transporte y el consiguiente desgaste energético. «Mi sueño es hacer una casa exclusivamente de materiales de desperdicio», concluye.

Está claro, que ya tenemos otro artista con conciencia ecológica. Esperemos que se vayan uniendo más, en un futuro próximo, a esta corriente artística de sostenibilidad.

Fuente: http://www.pietheineek.nl/es