El sector de la edificación queda muy lejos de la neutralidad climática en 2050 si continúa por la senda prevista de actividades, construcción y rehabilitación, según la última actualización de la Hoja de ruta para la descarbonización de la edificación en España del proyecto #BuildingLife. Así lo ha comunicado la directora general de Green Building Council España (GBCe), Dolores Huerta, en el marco de Congreso Nacional del Medio Ambiente (CONAMA).

Acuerdo de París

Asimismo, España incumpliría el Acuerdo de París si se mantiene en la actual proyección. Este tratado internacional, firmado en diciembre de 2015, obliga jurídicamente a los Estados firmantes a adoptar las medidas necesarias para mantener el incremento de la temperatura media global por debajo de los 2 °C —respecto a los niveles preindustriales— y a tratar de limitar el calentamiento global a 1,5 °C —considerado como el umbral de calentamiento compatible con la humanidad—.

Además, GBCe ha calculado —en el marco de la Hoja de ruta de #BuildingLife— el presupuesto de carbono que le corresponde al sector de la edificación en España de aquí a 2050. El análisis concluye que, siguiendo la ruta que marcan tanto el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) como la Estrategia a largo plazo para la rehabilitación energética en el sector de la edificación en España (ERESEE), no se cumplirían los objetivos de neutralidad climática a 2050 y casi se duplicaría el presupuesto de carbono que nos mantendrían dentro de la senda del Acuerdo de París.

“Esto se debe, en gran parte, a que la ERESEE y el PNIEC ponen el foco en descarbonizar los edificios durante su fase de uso mediante la eficiencia y la rehabilitación energética, que son imprescindibles, pero no suficientes, porque olvidan las emisiones materiales del sector conocidas como carbono embebido”, explica Huerta.

El carbono embebido se emite a lo largo de todo el ciclo de vida del edificio, desde la fabricación de materiales, transportes al solar y puesta en obra, hasta la gestión de residuos, derribos o transporte.

Foto de Vladimir Kudinov

Los materiales de construcción de antiguos edificios sirven para crear nuevos dentro de la economía circular.

Descarbonización de edificios

La Hoja de ruta para la descarbonización de la edificación en España propone cuatro marcos de actuación. Estas líneas de trabajo permiten poner en marcha las medidas a corto y medio plazo para que el sector cumpla con el Acuerdo de París. Estos son el marco estratégico-reglamentario —que la normativa facilite cumplir con los objetivos fijados—; el financiero —atrayendo inversión pública y privada—; el de la ciudadanía —poniendo a las personas en el centro— y el ejecutivo —dotando al sector de las herramientas necesarias para que pueda acometer de forma resiliente los retos—.

Para aplicar estas medidas, hace falta cambiar el enfoque e introducir una visión sistémica, de ciclo de vida y de urgencias. Eso es, precisamente, lo que hace GBCe —junto a otros nueve GBCs europeos— en el proyecto #BuildingLife, cuyas conclusiones principales —que se presentarán el próximo 16 de diciembre en el marco del evento de GBCe Sostenibilidad XL—, ya están a disposición de la Comisión Europea para la elaboración de la Hoja de ruta europea para la descarbonización de la edificación en todo su ciclo de vida.

Foto de Claudia Barbosa

Se puede rehabilitar edificios siguiendo pautas sostenibles.

Principales líneas de actuación

Las principales líneas de actuación que permitirán al sector reconducir la situación pasan por apostar de forma decidida por el aprovechamiento de lo ya construido —dando un nuevo uso a lo que haya quedado obsoleto o adecuándolo a las condiciones de una edificación moderna—,  acelerar la descarbonización de los productos de la construcción —apostando por productos con una baja huella de carbono— y racionalizando la nueva construcción —priorizando la rehabilitación y siguiendo criterios de eficiencia en los diseños de espacios y soluciones constructivas, para usar menos recursos de alta huella de carbono—.

Se deben además potenciar y acelerar las soluciones que permitan un modelo de economía circular, de tal forma que esta circularidad sea una herramienta definitiva para descarbonizar —como se propone en el proyecto VALREC—.

La urgencia que traslada la ciencia define esta década como la definitiva para transformar la economía y el entorno construido, respetando el planeta y la vida.

El presupuesto de carbono es acotado y cuanto más tardemos en acometer las acciones de descarbonización, menos quedará disponible para la transformación. “Hay que apostar por aquellas soluciones que consigan una descarbonización rápida y compatible con el largo plazo”, afirma la directora general de GBCe.