La exploración de petróleo y gas se superponen en el 30% de los densos bosques tropicales de África, de los cuales el 90% se encuentran en la cuenca del Congo.
En la cuenca del Congo, existen más de 180 millones de hectáreas de densos bosques tropicales y más del 35% de estos bosques se encuentran en estado crítico, cerca de unos 64 millones de hectáreas, y a la vez se superponen con más de 150 bloques o zonas de petróleo y gas existentes (un área de casi el doble del tamaño de Alemania).
El peróleo y el gas detrás de la deforestación en África
A pesar de la necesidad de poner fin a la expansión del petróleo y el gas a nivel mundial, en especial, en zonas indiscutiblemente prioritarias para su conservación, el área de tierra asignada a la producción de petróleo y gas en el continente africano se cuadriplicará, según se desprende del último informe publicado por Rainforest Foundation UK.
Los bosques que se encuentran en la cuenca del Congo, forman el segundo bosque tropical más grande después del Amazonas.
Los bosques tropicales densos son cada vez más raros. Estos lugares del planeta son vitales para el clima, la estabilidad y la biodiversidad. En ellos viven o dependen pueblos indígenas y comunidades que los administran. Una gran cantidad de actividades extractivas a escala industrial amenazan el futuro de los bosques de África y de sus habitantes.

Montañas Rwenzori, entre Uganda y la República Democrática del Congo.
El “desarrollo” va unido de forma indisoluble al consumo de petróleo y gas, y es a menudo una puerta de entrada a la deforestación, conllevando un alto precio de contaminación tóxica, que impacta en las comunidades locales y en los pueblos indígenas, además de en su salud y sus medios de vida.
Según el Banco Mundial, es el mayor sumidero de carbono en el mundo, absorbiendo aún más carbono que el Amazonas. Hasta hace poco sufrieron tasas de deforestación más bajas que otras regiones de bosques tropicales, pero las presiones han ido aumentando por la agroindustria, la tala, las industrias extractivas, la infraestructura asociada proyectos y mucho más.
El bosque se encuentra repartido entre seis países: Camerún, República Centroafricana, República Democrática del Congo, República del Congo, Guinea Ecuatorial y Gabón.
Contiene diversos paisajes, como densos bosques tropicales, además de sistemas fluviales, sabanas y bosques pantanosos, que albergan miles de especies de plantas y pájaros tropicales, y un increíble variedad de vida silvestre única y en peligro de extinción, como elefantes del bosque y chimpancés, gorilas de montaña, y cientos de especies de mamíferos (incluyendo muchos que están en la lista roja de la UICN).
Estos bosques sustentan a decenas de millones de personas, incluyendo cientos de miles de indígenas. Algunos de estos grupos mantienen una existencia seminómada, siendo la diversidad cultural de la región clara y evidente en los cientos de distintos grupos étnicos cuya rica herencia y tradiciones se entrelazan dentro de este singular paisaje.
Se estima que en los países de la cuenca del Congo hay más de 81.000 lugares poblados, como se puede identificar en el mapa de arriba.
Estos lugares se componen de ciudades, pueblos y aldeas. El caso es que ese 20%, alrededor de 16.000 lugares poblados, representan casi 36 millones.
Existen Leyes de Pueblos Indígenas, que se supone que salvaguardan los derechos de los Pueblos Indígenas. Por eso, requieren el consentimiento libre, previo e informado (CLPI) de los Pueblos Indígenas en relación con los proyectos de desarrollo en sus tierras. Algo que, por supuesto, no se está llevando a cabo.
El principal vehículo para canalizar el apoyo a los esfuerzos de protección forestal en la cuenca del Congo ha sido reduciendo las emisiones de la deforestación y la degradación, cuyo objetivo es proporcionar incentivos financieros para que los países con bosques tropicales mantengan sus bosques en pie.

Contaminación en el delta del río Níger.
El gobierno congoleño apunta acertadamente a que existe un doble rasero en los países en el mundo norte que se han enriquecido a costa del desarrollo a base de combustibles fósiles. Superando las emisiones con creces las de sus propios ciudadanos y que continúan expandiendose mediante operaciones ligadas a los combustibles y con ganancias al alza por la energía, con precios alimentados por la guerra en Ucrania.
El caso de Nigeria
El sur de Nigeria, hogar del delta del Níger, es uno de los lugares más contaminados de la Tierra, después de más de 50 años de operaciones petroleras, sus efectos desastrosos han impactado en las comunidades locales. De hecho, según la Comisión de Petróleo y Medio Ambiente del Estado de Bayelsa, durante el último medio siglo, se han extraído hasta diez millones de barriles de petróleo, que ha sido derramado por todo el país. Eso es equivalente a un derrame de tamaño similar a la catástrofe del Exxon Valdez, que devastó la costa de Alaska.
La salud de cientos de miles de las personas se ha visto afectada por la contaminación del agua que beben, la tierra en la que cultivan alimentos y el aire que respiran.
No hay Comentarios