Por fin llegan las esperadas vacaciones que tanto hemos deseado a lo largo del año. Es hora de descansar, hacer planes con amigos, viajar…en definitiva, disfrutar.

Vayamos, donde vayamos, tenemos que tener en cuenta el destino al que pensamos trasladarnos, el tipo de viaje y las actividades que vamos a realizar para poder adecuar nuestra maleta.

Además, no podemos dejar de pesar en el medio ambiente y en nuestro entorno. Por eso, vamos a realizar un pequeño esfuerzo en crear nuestra maleta ecosostenible, simplemente pensando un poco más allá de nuestras prioridades, sino en las del planeta.

Aeropuerto

Vamos a repensar nuestra maleta cuando viajemos.

Cuanto menos papel, mejor.

Billetes, tarjetas de embarque, mapas, guías de viaje… Gracias a la tecnología y la digitalización desde hace tiempo no es necesario meter en la maleta este tipo de documentación.

Podemos evitar ir cargados de papeles pues, por suerte, la facturación puede hacerse en línea, los billetes los podemos llevar en nuestra cartera digital y, asimismo, existen multitud de aplicaciones de viaje que podemos consultar en nuestros dispositivos electrónicos.

Consumir menos papel es, además de mucho más cómodo, una forma fácil y sencilla de cuidar nuestro planeta.

Maletas y mochilas recicladas.

Cada vez son más las empresas que elaboran productos a partir de materiales reciclados o ecológicos. En este sentido, existen muchos fabricantes de maletas y mochilas que elaboran sus productos en base a criterios sostenibles por lo que, a la hora de decidirte a comprar alguna , opta siempre por aquellas que sean lo más sostenibles posibles y que tengan certificados que así lo avalen

Asimismo, si eres de los que proteges tu maleta antes de facturarla, evita hacerlo con plástico. Hay una amplia variedad de forros o fundas de tela que, además de ser reutilizables y lavables, resguardan tu equipaje igual que el plástico y contaminan mucho menos.

Olvídate de los “por si acaso”

Hemos de reconocer que en la mayoría de los viajes metemos cosas en la maleta que nunca llegamos a utilizar. Es momento de desterrar los “por si acaso”. Solo es necesario que dediquemos unos minutos a pensar dónde vamos y qué tipo de viaje vamos a hacer para incluir en nuestro equipaje aquello que realmente vamos a necesitar.

Con este simple ejercicio, además de ahorrar espacio y llevar menos peso, aunque no seamos del todo conscientes, también somos más respetuosos con el ambiente. Y es que, con ello, evitamos el consumo innecesario favoreciendo el consciente y responsable.

Un neceser responsable

Algo imprescindible en la maleta son los productos de higiene personal como el cepillo y la pasta de dientes, el gel o el champú, entre otros, los cuales suelen venir en envases de plástico. En estos casos, una buena alternativa es optar por productos sólidos, en formato pastilla, por ejemplo, para el champú y los jabones o, incluso, los dentífricos.

Asimismo, elige los cepillos de dientes hechos de bambú, los peines de madera o las esponjas naturales. De este modo, tu neceser será Zero Waste.

Por otro lado, el protector solar es otro de los productos que no puedes olvidar incluir en tu neceser. De todos los que encuentres en los lineales, hazte con aquel que sea biodegradable o reef friendly.

Los reutilizables esenciales

Otra de las cosas que no puede faltar en una maleta “ecoísta” son las bolsas de tela reutilizables. Son de gran ayuda para ir almacenando la ropa sucia, además de para guardar los souvenirs o detalles que hayas comprado durante el viaje para tus seres queridos. Gracias a ellas, evitarás el uso de las bolsas de plástico y contribuirás a reducir su impacto sobre el planeta.

Del mismo modo, lleva siempre contigo una botella de acero inoxidable o de algún otro material resistente y reutilizable para rellenarla en las fuentes del aeropuerto, estaciones de tren, etc.

Así reducirás el consumo de las botellas de plástico, pero, en el caso de tener que hacer uso de ellas, recuerda depositarlas en los contenedores y puntos de recogida adecuados para que puedan reciclarse.

Y es que, los seres humanos somos egoístas por naturaleza y no hay porque avergonzarse, es nuestra naturaleza. Queremos lo mejor para nosotros y para lo nuestros y, por tanto, para el planeta.

Por ello es importante invitar a la sociedad a aplicar este mismo egoísmo a la preservación y conservación del planeta, ya que solo así conseguiremos un gran movimiento con pequeñas acciones individuales