El sol es un sistema termodinámico, que de acuerdo a las leyes de la física marcha hacia su entropía o muerte térmica que lo convertirá en una gigante roja dentro de unos cinco mil millones de años.

Pero nuestro astro ha creado un sistema para revertir esta marcha hacia la entropía, utilizando su energía actual en forma de fotones lanzados sobre nuestro planeta la tierra, dando origen a una paradoja : LA VIDA. Qué crece, florece y se expande en vez de perecer.

El sol envía sus fotones para armar un proceso llamado FOTOSINTESIS, para despertar la química de la geología terrestre cargada de valores energéticos.

Puesta de sol

Puesta de sol.

La  energía lumínica que llega de nuestra estrella se convierte en energía química (ATP) para romper las moléculas de dióxido de carbono y valiéndose del agua, formar con ellas los carbohidratos que son las primeras piezas para armar la cadena de la vida.

De modo que la riqueza bioquímica de los alimentos está en proporción directa al período de fotosíntesis que ellos han recibido durante el desarrollo de la planta.

Así una planta de maíz o de plátano con varios meses recibiendo directamente los fotones del sol, van a producir alimentos en la dirección correcta, es decir para prolongar la vida. No así los alimentos que se desarrollan en el subsuelo y reciben menos fotones del sol y por tanto van cargados de más entropía (la entropía que subyace en las entrañas y en la geología terrestres).

Los tubérculos en el subsuelo, si bien cargan grandes cantidades de proteínas, también captan moléculas de minerales pesados altamente tóxicos como el mercurio y el cadmio que oxidan las moléculas de la vida y apuntan directamente hacia la entropía y aceleran la vida hacia la muerte.

Los árboles, y en especial el roble, son las especies más longevas del planeta porque sus ramas permanecen abiertas a los rayos del sol. Las frutas que cuelgan de los árboles como las manzanas o naranjas nos dan longevidad, en cambio los tubérculos se pudren en el subsuelo al cabo de poco tiempo devorados por la entropía que producen los radicales libres originados por los minerales de nuestra geología.

Las culturas europeas se han desarrollado en torno  al trigo, los americanos en torno al maíz, habiendo sido exitosas en la esperanza de vida para sus generaciones, pero las culturas andinas lo han hecho en torno a la papa, y los pueblos de los andes escasamente han sido longevos. La papa es un carbohidrato en el que el carbono juega su doble ciclo que lo caracteriza. Arma el circuito de la vida con sus proteínas y calorías, pero también es el responsable del circuito de la muerte porque abre las puertas a los radicales libres que desatan la entropía.

En los países civilizados los ministerios de salud chequean continuamente los niveles de cadmio que tienen las papas que va a consumir su población.

Girasol

Girasol.

Frente a los rayos solares, la planta que evolucionó para captarlos al ciento por ciento, es el girasol, cuyo nombre nos revela que su enorme flor efectivamente gira siguiendo el curso del sol para que sus fotones le lleguen casi perpendicularmente (heliotropismo).

Con las pipa de los girasoles se elabora el mejor aceite del mundo, cargado de ácido oleico y energías que prolongan la vida, y cero entropía. El aceite de girasol tiene el cuádruple de vitamina E comparado con el aceite de oliva. En esta flor, el sol se reinventó.