Por fin, después de muchos años y esfuerzos, ha visto la luz The Ocean Cleanup, la «superbarrera» que limpia de plástico los océanos. Su creador, Boyan Slat, un joven estudiante holandés que ya había sobresalido en su país natal por sus ingeniosas ideas e inventos con 16 años (del que ya hace muchos años supimos de su existencia), y que con 19 años ya comenzó con el propósito de eliminar de los mares las famosas «islas» de plástico; ahora con 24 años, ha logrado sacar adelante y poner en marcha este mismo fin de semana su gran flotador gigante en el Océano Pacífico (600 m de largo por 3 m de profundidad) que se sirve del propio viento y de las corrientes marinas para llevar hacia un embudo gigante todos los desechos plásticos que flotan en el agua.
La misión es concentrar el plástico en la menor superficie y sacarlo (el sistema se mueve más rápido que el plástico), incluyendo pequeños trozos milimétricos, hasta los de grandes proporciones. Como su ambición es grande en este campo, Slat pretende eliminar entre un 20% y un 90% del plástico existente en los océanos. Y en solo cinco años desaparecerá, según las previsiones, la extensa «isla» de plástico del Océano Pacífico con unas cifras que asustan: estimadas en 1,8 billones de piezas de plástico, que pesan 80.000 toneladas métricas.
La energía que se usa es renovable: la propia fuerza del mar y energía solar para las luces y otros dispositivos. Gracias a la telemetría y a la flota modular se pueden monitorear las acciones para saber su rendimiento en tiempo y espacio con las diferentes condiciones y trayectorias, además de ampliar el sistema y ejecutarlo con mayor rapidez.

La forma de trabajar de The Ocean Cleanup para capturar el máximo plástico posible.
Las distintas pruebas:

Los miles de plásticos que se pueden acumular en cualquier mar del planeta.
The Ocean Cleanup desplegó un segmento de barrera de 100 metros de largo en el Mar del Norte, a 23 km de la costa de los Países Bajos, el 22 de junio de 2016. Fue la primera vez que este diseño fue puesto a prueba en aguas abiertas. Su diseño necesita soportar condiciones climáticas adversas y desgaste constante, por eso utiliza tecnología punta, y la mejor manera de avanzar es realizando pruebas frecuentes y rápidas para realizar las consiguientes mejorar en el sistema.
De hecho, su primer prototipo fue avanzando hacia un sistema de flotación libre. Aunque existen un segundo y un tercer prototipo.
También era necesario mapear las dimensiones y fijarse en la cantidad y el tamaño de los plásticos, para eso se llevó acabo en el año 2015 una expedición con el avión Ocean Force One. Voló a baja velocidad (140 nudos) y baja altitud (400m) con una tripulación de vuelo de 10 investigadores, 3 técnicos de sensores y 7 personal de navegación, la Expedición Aérea de Ocean Cleanup utilizó una combinación de observadores humanos experimentados y sensores avanzados para contar los restos.
La increíble idea de The Ocean Cleanup y su puesta en marcha.
Preguntas sobre el funcionamiento:
¿Qué ocurre si navega algún buque por allí?
Cada sistema al ir equipado con linternas, reflectores de radar, señales de navegación, GPS y balizas anticolisión; permite esquivarlo sin consecuencias.
¿Corre peligro la vida marina?
Se han diseñado los sistemas para que sean especialmente seguros para la vida marina de cuatro maneras. En primer lugar, los sistemas se mueven a través del océano a velocidades extremadamente bajas, lo suficientemente lentos para que las criaturas se alejen nadando. En segundo lugar, debido a que la pantalla es impenetrable, la corriente fluirá por debajo de la pantalla, guiando con ella organismos que no pueden moverse activamente, mientras que el plástico (que flota) permanece dentro del sistema. En tercer lugar, como la pantalla no es una red, la vida marina no puede enredarse. Finalmente, solo se elimina periódicamente el plástico del agua, lo que significa que las personas siempre estarán presentes para verificar la vida marina antes de que el plástico se levante del agua.

La vida marina no corre peligro con este novedoso sistema «limpiaplástico».
¿Es seguro el sistema frente a grandes tormentas?
El sistema ha sido diseñado y probado para utilizar y resistir las fuerzas del océano. Al diseñar la estructura, se consideró casos extremos que solo se espera que ocurran una vez cada cien años.
La clave de la supervivencia es la flexibilidad. Se diseñó el sistema para que fuese lo suficientemente flexible como para poder seguir las olas, y debido a que el sistema es de flotación libre, puede derivar cuando se somete a altas velocidades de corriente.
En definitiva, estamos ante uno de los más importantes inventos para la Humanidad y para la vida en la Tierra, pero aún así no consiste en limpiar simplemente, sino en concienciarnos de que no podemos seguir igual usando plásticos y tirándolos sin más; porque entonces no tendremos ninguna solución factible. Se necesita mucha más energía, dinero y tiempo en recoger nuestra basura que en pensar un segundo si aceptamos más plásticos o si decidimos llevarlos a reciclaje.
No hay Comentarios