La avena (Avena sativa) es uno de los cereales que ha formado parte de la historia de la alimentación como un alimento básico, sobre todo en Europa. Gracias a sus beneficiosas propiedades ha aumentado su consumo con una gran celeridad en los últimos años. Diversos estudios medico-científicos recomiendan la introducción de este grano en la dieta por sus singulares características: alto aporte de fibra, fuente de proteínas de gran valor biológico, multitud de micronutrientes y elevado valor energético.

La avena como «superalimento»: propiedades nutricionales y curativas

Su contenido nutricional está fuera de duda: cada 100 g de avena aportan 361 kcal, con un 5,6 g de aporte de fibra, un 11, 7 g de proteínas, un 7,1 g de lípidos, y un 59,8 g de hidratos de carbono, según aparece en el último informe de la Fundación Española de Nutrición. En comparación con otros cereales, tiene un contenido en hidratos menor y una mayor proporción de lípidos, con una aportación elevada de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados muy saludable.

Avena

Un delicioso postre a base de bebida de avena con frutas.

En cuanto a los micronutrientes hay que señalar su alto contenido en minerales y vitaminas como el hierro, el fósforo, el magnesio, el zinc, la vitamina B6 y B1, la vitamina E, el potasio y los folatos. Destacando en su composición los ácidos fenólicos, flavonoides y fitoesteroles (unos poderosos antioxidantes y protectores de enfermedades vasculares). Asimismo, contiene dos tipos de fitoquímicos que son únicos de este alimento: las avenantramidas (AVAs) y las saponinas esteroidales con increíbles actividades biológicas: acción anticáncer, micótica, antitrombótica, diurética, antiinflamatoria, antiviral, y un largo etcétera.

A la avena se le puede considerar un «superalimento», ya que sus increíbles cualidades la hacen ser objeto de numerosos análisis entre los que se ha descubierto su capacidad de bajar el colesterol, disminuir el azúcar en sangre (fundamental para la diabetes), luchar contra los problemas gastrointestinales, prevenir el riesgo de enfermedad coronaria o como un potente anticancerígeno por la acción de los beta-glucanos; según aparece en en un compendio de estudios publicado en The National Center for Biotechnology Information de Estados Unidos.

Avena

Hay muchas opciones para tomar avena.

Tampoco se queda atrás en sus virtudes para los problemas de la piel (dermatitis, acné, etc.) y para los de origen nervioso (nerviosismo, depresión o insomnio).

Bebidas vegetales a base de avena

En la actualidad existen muchas maneras de consumir este cereal de grano entero, aunque la más sencilla es incorporar a nuestros desayunos y meriendas, e incluso platos, una bebida vegetal a base de avena. Nuevas marcas han llegado al mercado español para quedarse, como es el caso de Oatly. Un referente en Europa, cuya filosofía está basada en mejorar los hábitos de vida de las personas hacia un estilo más saludable y respetuoso con el entorno.

Las opciones para degustar las bebidas vegetales a base de avena son muchas: desde incluirla con los cereales del desayuno, en sustitución de la leche animal, a agregarla con tu café preferido, o incluirla en tu receta predilecta de bizcocho al horno.

Las últimas tendencias en nutrición abalan un cambio de alimentación hacia un alto consumo de productos vegetales, con una disminución evidente de la ingesta de carne conocida como plantbased diet por los beneficios asociados para la salud, además de su relación con las alergias e intolerancias que van vinculadas al consumo de leche animal. Así como un cambio del modelo medioambiental, en el que se tiene en cuenta los perjudiciales gases de efecto invernadero que emite la industria cárnica y láctea, responsables del 14,5% del total. Los recursos que consume la producción de alimentos vegetales es infinitamente menor que la de la producción animal; tanto del uso del agua, de la tierra o de la propia energía necesaria para su elaboración.

Avena

Un espectacular campo de avena a punto de cosecharse.

Es posible frenar el calentamiento global teniendo en cuanta un pensamiento globalizado y una actuación local, que pasa por actuar y adaptarse a nuevas costumbres alternativas reduciendo la huella de carbono con una alimentación preferentemente vegetal.