La población más lluviosa y pintoresca de España no se encuentra en el Norte de España, como creerán algunos, sino en el sur de nuestro país (en la provincia de Cádiz) rozando el mar Mediterráneo, pero con los influjos del océano Atlántico, que le envía borrascas conformando un microclima húmedo y habitualmente con temperaturas moderadas en invierno, y veranos cálidos. Gracias a estas peculiares circunstancias podemos disfrutar de un paisaje excepcional, que junto a la particular orografía y la altitud del propio municipio y de los alrededores, conforman un bello lugar (ya ha sido declarado como «Pueblo más bonito de España»); y da nombre a la increíble Sierra de Grazalema (Reserva de la Biosfera por la Unesco).

Una preciosa vista de Grazalema debajo de la sombra de los pinsapos.
Naturaleza en estado puro
Uno de los árboles emblemáticos es el pinsapo (Abies pinsapo), una especie de abeto que está catalogado como especie en peligro de extinción, del que existen unos ejemplares espectaculares en la subida hacia el propio pueblo de Grazalema, con un espacio diseñado para deleitarse de la visión del pueblo en el que existe un merendero bastante acogedor entre pinsapos centenarios, que sobrepasan los 100 cm de DAP (diámetro).
También es posible que divises alcornocales o encinares bastante comunes en la zona. Otra especie representativa de la Sierra de Grazalema y que puedes observar por las inmediaciones del pueblo son las preciosas orquídeas, sus colores y formas no pasan desapercibidas, solamente necesitas estar un poco atento para poder distinguirlas.
Tampoco te puedes perder el vuelo de una de las mayores colonias de buitres leonados de Europa, justo al lado del pueblo en la zona posterior que comienza a elevarse el terreno conformando unos enormes riscos, tienen su hogar algunas parejas. No dejes de llevarte los prismáticos para ver su majestuoso porte.

Las ovejas Merina de Grazalema abundan por los aledaños del pueblo.
Grazalema y sus famosos quesos
La raza ovina Merina de Grazalema, es otro de los motivos para visitar el pueblo. Autóctona, y en peligro de extinción, está perfectamente acoplada al terreno y a su climatología. Y no puedo dejar de mencionar la gran actividad artesana textil que se sigue manteniendo de generación en generación realizando mantas de lana merina, considerada la mejor lana del mundo (su secreto es precisamente la gran cantidad de lluvia que lava y limpia la lana). Aunque se han ido incorporando las nuevas tendencias, y es posible encontrar cualquier tipo de diseño fabricado en lana de una calidad similar a la alpaca o a la angora, pero criada en nuestras tierras y fomentando la economía rural.
Los quesos que se fabrican no tienen nada que envidiar a otros, su fama traspasa las fronteras. Los inmejorables pastos hacen que la alimentación del ganado sea totalmente natural, y que su prestigio ya haya sido reconocido en diferentes catas. La leche obtenida de la raza caprina payoya, junto con la de la ovina Merina de Grazalema, dan lugar a unos quesos dignos de las mejores mesas. Pudiendo encontrar diferentes variedades, tanto con leche cruda como pasteurizada, o aromatizados con especias. Un manjar de dioses al que es difícil resistirse.

Las casas blancas de Grazalema destacan sobre la verde espesura del bosque.
Grazalema: «Conjunto Histórico»
Desde luego, si se sigue fomentando el turismo rural y la producción artesana (como la propia carpintería de la que existen varias empresas), creando puestos de trabajo entorno a las labores más tradicionales, el futuro de esta población es imparable.
El pueblo en sí mismo, ha sido declarado «Conjunto Histórico», así que el que se adentre entre sus recovecas calles blancas, no se va a ir con las manos vacías del lugar. Tiene tanto que hacer y que ver, que lo más recomendable es ir con bastante tiempo para no dejarse nada en el «tintero», o dormir en algún alojamiento rural de la zona para poder conocer con detenimiento el enclave paradisíaco.
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