Los seres humanos dormimos de media unos 23 años a lo largo de nuestra vida, según claro está, las horas que cada persona dedica a esta actividad tan reparadora para nuestro organismo. Esa gran cantidad de tiempo la pasamos normalmente encima de una cama. De ahí la importancia del lugar, del material de la cama, del tipo de colchón, y del tipo de almohada que usamos para dormir. No vale cualquier superficie dura o muy blanda, ya que nuestras articulaciones o nuestra columna vertebral pueden sufrir por la desafortunada elección, y a la larga pasar factura.
Camas de madera
Una alternativa más respetuosa con nuestro cuerpo y con el medio ambiente, son las camas naturales y ecológicas para dormir mejor. La madera es el material más acogedor y más saludable, sobre todo si la eliges con certificación FSC, proveniente de bosques sostenibles.
Hay que tener en cuenta de manera especial, los barnices o pinturas que se le han aplicado. Siempre deben de ser ecológicos, sin olores y sin productos tóxicos. Y descartar por supuesto los conglomerados, que muchas veces llevan pegamentos y otras sustancias irritantes. Para personas más sensibles, existe la posibilidad de adquirir camas de madera sin metales, es decir, no van con herrajes metálicos. Si quieres tomar una buena decisión de compra, opta por aquellas de madera maciza, no te arrepentirás y tendrás una cama para toda la vida con unos mínimos cuidados.
Colchones naturales
Las diferencias con los colchones más comerciales son abismales, y lo peor es que muchas marcas te intentan dar “gato por liebre”. Lo más importante para no perderse ante tanto tecnicismo (ya que los nombran con la más rebuscada palabrería, además de emplear los términos bio y eco por doquier) es observar detenidamente la composición. Los mayores timos se encuentran en los colchones de látex. Por desgracia, suelen vender los artificiales, derivados del petróleo, como 100% naturales. Sus cualidades por supuesto no son iguales. Un buen colchón debe durar hasta 10 años en perfectas condiciones de uso, o incluso más, si es una persona con poco peso. Una compra por lo tanto que hay que meditar detenidamente.
Los colchones de látex natural se obtienen de una savia que se extrae del árbol del caucho, Hevea Basiliensis. El látex ecológico de algunos colchones suele provenir de países del sudeste de Asia (Thailandia, Malasia, Vietnam, Indonesia), de Sudamérica (Brasil) o de África (Camerún).
Características del látex ecológico
- Tiene un color amarillo y huele a planta, a diferencia de su homónimo artificial, que es blanco y no tiene un aroma natural.
- Es transpirable y se amolda al cuerpo.
- No tiene sustancias nocivas para la salud, como disolventes o plastificantes químicos; ni para el medio ambiente, como los clorofluorurocarbonos que abundan en los de látex artificial, y que son responsables entre otros productos de la destrucción de la capa de ozono.
- Es perfecto para personas con sensibilidad química múltiple o alérgicos, ya que tiene propiedades antibacterianas.
Otros materiales naturales
En la actualidad, hay diferentes marcas de colchones (Prolana, Dormiente, Baumberger o Naturalia, entre otras) que han incorporado al látex otros materiales que refuerzan sus características óptimas para un buen descanso. Es el caso de la fibra de coco, que actúa para ganar firmeza, además de ser un material natural y transpirable (ideal para las personas que duermen boca abajo). Otro es la lana pura de oveja, que proporciona un mayor confort ya que guarda el calor, absorbe la humedad, aísla y proporciona elasticidad, Lo mejor es que proviene de animales que se han criado bajo los criterios de la ganadería ecológica. La crin de caballo es un material anti-reumático, que ayuda a regular la temperatura, por lo que se recomienda a personas que tienen un mayor transpiración. La soja, es otro material que se está empezando añadir en la composición de algunos colchones. Y finalmente, el algodón orgánico es el tejido por excelencia para las personas con alergias, suave y acogedor, repelente natural de ácaros, hongos y bacterias.
Cómo elegir el colchón
Si ya has decidido cambiar de colchón y necesitas comprar uno nuevo, es fundamental elegirlo según la posición en la que duermes, el peso que tienes, si transpiras mucho durante la noche o eres más bien friolero, o si duermes en pareja, todas esas características, y algunas más, hacen que debas declinarte por uno o por otro. Las personas con una constitución ligera pueden optar por uno blando, siempre que no padezcan lesiones en la columna vertebral, duerman boca arriba o boca abajo, o sean niños en edad de crecimiento. Para ello, lo mejor es dejarse aconsejar por los expertos o con una guía específica de colchones. Hay tantas variantes que es estrictamente necesario consultarlo.
Almohadas naturales
Cuando reposa nuestra cabeza en las horas de descanso nocturno, es significativo que nuestra almohada sea una superficie transpirable. De ello dependerá nuestra calidad del sueño, además de que tenga un olor o tacto agradable que lo proporciona los componentes naturales de los que están hechas las almohadas más destacadas y saludables.
En el mercado se pueden encontrar diferentes materiales de relleno que proporcionan una increíble comodidad, como las de látex o copos de látex, las de cáscara de espelta, las de algodón y lino o las de pura lana virgen nueva. La mayoría suelen estar recubiertas de una funda protectora a base de algodón ecológico, lo que les confiere una gran suavidad. 100% seguras, proporcionan un relajante reposo.
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