Hoy 12 de agosto, se celebra el famoso #Inglorius12th, ya que comienza la temporada de caza del urogallo rojo en Escocia. Una fecha señalada en el calendario para reivindicar que no es posible esta atrocidad, muchos personajes conocidos se han sumado a esta manifestación en los medios de comunicación. Aunque además de este fantástico animal otros muchos antes han muerto, para que pueda estar “disponible” para los cazadores. Se envenena o se ponen trampas para aves rapaces (búhos, halcones peregrinos, águilas reales, etc.), comadrejas, armiños o zorros, predadores del urogallo rojo que están protegidos por la ley. Pero la ley si deja matar al urogallo rojo.

Al parecer se recibe 150 libras por cada pareja derribada con disparos de un arma, según describe PETA UK. Una práctica muy extendida y permitida que genera un desastre monumental para el Medio Ambiente con multitud de consecuencias. La Universidad de Leeds realizó un estudio para averiguar el impacto sobre el medio natural, y las conclusiones fueron escalofriantes: degrada la zona de turberas, aumenta las emisiones de carbono, el agua se contamina con el plomo de las balas (pero también los cuerpos de estos animales, y otros animales se los tragan por confusión), se reduce la biodiversidad y existe un riesgo mayor de que existan inundaciones.

En España, la perspectiva no es mucho más halagüeña. Ha comenzado la temporada en muchas comunidades de España el 9 de agosto, y la actividad cinegética que tenemos es muy intensa, con licencia o sin ella (furtivos hay muchos) la cifra es realmente espeluznante y seguramente es menor de la real: Andalucía (Caza Mayor 96.193, Caza Menor de Mamíferos 1.781.171 y Caza Menor de Aves 3.564.576) y Castilla -La Mancha (Caza Mayor 88.104, Caza Menor de Mamíferos 3.092.538 y Caza Menor de Aves 3.140.333) son las comunidades en las que más animales murieron, según la Estadística de Caza del MAGRAMA entre el 2005-2010, aunque otras comunidades del Norte no aparecen representadas.

lobo iberico

El ejemplo más cercano en el tiempo es el de los lobos, que según la comunidad se pueden matar o no. En las zonas del Norte, sí está permitida su “regulación” mediante la caza, más abajo ya no. Pero, ¿en qué cabeza cabe? El lobo no entiende de fronteras, hoy puede que esté en Castilla–La Mancha y dentro de una semana puede que aparezca dentro de Castilla-León. Aún así, el lobo ibérico es una especie protegida por las leyes en Europa y la Ley de Patrimonio Natural. Incomprensible.

La caza es la manera más simple y rápida de acabar con aquellos animales que nos estorban como  humanos. No se piensa nunca en el bienestar animal, ni que normalmente esos “excedentes” se regulan sin la mano del hombre. En definitiva, creo que se han hecho las leyes para proteger al cazador y a la caza, esa acción devastadora que se ha convertido en un coto para que los pudientes se desahoguen de su estresada vida, una mera diversión de salvajes que en vez de llevar palos o flechas, portan eficaces armas. Aquí hay un solo perdedor, la Naturaleza, y un solo ganador, el Hombre.