Los aromas de los champús convencionales provienen en su mayoría de la química, es decir, son artificiales, y aunque nos puedan parecer que tienen un olor delicioso, no es oro todo lo que reluce. Se está empezando a cuestionar esta serie de fragancias, sobre todo en productos cosméticos para niños, porque han aparecido diversos estudios en los que se muestran que son perjudiciales para la salud.

Por esa razón, hay que declinarse por el uso de cosméticos naturales y ecológicos, en especial en los más pequeños. A ellos los que más les atrae precisamente de este tipo de envases es el exterior y el olor. De ahí que muchas marcas bio hayan querido que sus productos les sean atractivos, al igual que los son los convencionales. La diferencia es que no suponen ningún riesgo para su organismo.

Uno de los que más me gusta es la línea infantil de la marca francesa Alphanova. Una serie de envases con la imagen de una bella princesa alada y armada con varita mágica, que constituyen un reclamo encantador. Sus prácticos envases se abren y se cierran fácilmente, para que ellas puedan manejarlos tranquilamente. Sus tonos rosas pastel y fucsia hacen el resto. Pero además de esta irresistible portada, ¿qué hay en el interior? Pues, una fórmula muy cuidada de champú bio con derivados del coco como base lavante principal, con extractos bio de fresa natural, malva y capuchina, y agua de camomila. Lo mejor: un olor que les chifla. Además, deja el pelo suave y bastante desenredado, todo un descubrimiento para las mamás.

Certificado por ECOCERT, contiene un 99,9 de ingredientes de origen natural, y un 20% de origen biológico. El formato de 200ml cunde bastante, sobre todo si hacemos el pequeño truco de mezclar una pequeña porción de champú en agua y lo emulsionamos hasta formar espuma. ¡Así dura mucho más!

Aunque va dirigido a las niñas, también les encanta a los niños, ¡comprobado! Todavía estamos con los estereotipos sexistas en muchos aspectos, deberíamos de cambiar. ¿Por qué no puede usar un cosmético con color rosa un niño? Si en las nuevas generaciones todavía hay padres y madres que les educan de esa manera, mal vamos. La igualdad no existirá nunca.