Halloween es una festividad que se instauró hace poco en las tradiciones de nuestro país. Los disfraces, la decoración tétrica pero a la vez alegre, atrajo a un gran sector de la población que comenzó a celebrar una festividad que antes no era tomada en cuenta en España. Pero esta fiesta tiene más de 3000 años de antigüedad y está ligada más con los ciclos de la tierra que con las fiestas de disfraces.

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Halloween comenzó a celebrarse en EEUU cuando los irlandeses que inmigraron allí por la gran hambruna continuaron celebrando algunas de las festividades de origen celta que se han mantenido en el país durante siglos. Influenciada por el cristianismo y los materiales que los irlandeses encontraron en el nuevo continente, la festividad ganó popularidad y se fue transformando en la fiesta que conocemos hoy en día.

Samhain es la festividad celta de la que surgió Halloween. Para el pueblo celta esta era la festividad más importante y que marcaba el fin del verano y con él, el fin del ciclo de cosechas y fin de año. El fin de año celta mostraba el paso a una época más oscura, el invierno, y se creía que en esta noche de transición la línea que separaba los dos mundos, el físico y el espiritual, se hacía ta delgada que ambos podían llegar a fundirse en uno solo.

En la noche de Samhain, los espíritus deambulaban por el mundo de los vivos, para mantenerlos contentos y que no entraran en las casas, los celtas dejaban en la puerta de sus hogares cestos con comida, lo que con el tiempo se transformaría en la tradición de pedir dulces puerta por puerta. En estos cestos abundaban los frutos recogidos en la última cosecha del año. También se dejaban hogueras y velas encendidas toda la noche para guiar a los espíritus de vuelta a su mundo. Muchas veces se vaciaban nabos para sostener dentro una vela, lo que derivó en la tradición de las calabazas decoradas con velas dentro.

En el pasado, las festividades celtas estaban unidas a los ciclos de la tierra, tomando un simbolismo importante todas aquellas cosechas que se recogían en ese momento. Con el paso de los siglos, las festividades se volvieron más lúdicas y dejaron de festejar los ciclos de la tierra pero algunos de sus símbolos aun pueden observarse hoy.