Este lugar paradigmático en África, nos atrae sobre todo por su rica biodiversidad. El delta del Okavango, al norte de Botswana, ocupa 20.000 kilómetros cuadrados durante las crecidas, lo que le convierte en un inmenso espacio donde confluye espectacularmente, flora y fauna. Lo más ecológico y recomendable para visitar este santuario natural es viajar mediante un económico y nada contaminante medio de transporte, los llamados mokoros, unas canoas propias de esta región que aguantan, aunque no lo parezca, bastante peso.
Lo más asombroso del delta del Okavango es que es el único lugar en el que podemos observar leones nadadores, que con tanta crecida se han acostumbrado a estar más tiempo en el agua que en la tierra.¿Sorprendente, no?. Leopardos, búfalos negros, licaones y guepardos, también nos esperan.
También es posible avistar en el Parque Nacional del río Chobe una de las mayores poblaciones mundiales de elefantes. Hay más de 70.000 de estos paquidermos en la zona.
Otra de las atracciones más representativas, es el avistamiento de aves. Hasta 350 especies pueden divisar nuestros ojos, pero mejor ir con unos buenos prismáticos. La avutarda kori, el jabirú africano, el cálao terrícola, el búho pescador común o el águila marcial son algunas de las especies que habitan estas tierras.
La mejor época para contemplar a los mamíferos es entre mayo y octubre, cuando las aguas bajan y aquellos se concentran alrededor del agua. Pero si te sientes más atraído por las aves, la estación más propicia es la época de las lluvias, entre noviembre y abril.
Es el momento mágico de conocer el África genuina y salvaje con esos paisajes soñados, que todos en algún instante hemos pensado en visitar.
Más información en www.botswanatourism.co.bw/
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