“Cambiar la educación de un diseñador incluyendo criterios ambientales en su manera de ver las cosas es importante, pero importante también es que la gente que luego compra esos productos lo entienda” explica Nicola Cerantola, fundador del proyecto de ecodiseño Ecologing.
En opinión de Nicola estamos en buen camino: “existe un malestar general aún cuando la gente no sabe verbalizarlo porque no conoce la existencia del ecodiseño o la posibilidad de aplicarlo. Además, existen proyectos similares en todo el mundo”.
“El punto crítico ya no es cambiar un producto por otro o aplicarlo, sino comunicarlo de una manera eficaz para que sea atractivo”. De ahí que los pilares de la actividad de Ecologing son dos: la consultoría a empresas y la formación y la divulgación.
La proliferación de mensajes alarmistas apelando a la responsabilidad ecológica está provocando una respuesta contraria: los ciudadanos se saturan ante tantos mensajes catastróficos y acaban por despreocuparse de los problemas ambientales. La llamada “ecofatiga”.
“La gente está cansada de las malas noticias y asimila la sostenibilidad como otro inconveniente. Ven productos más caros, que no compensan tanto y piensan que el momento actual no está para eso. El reto es explicarlo a los distintos actores sociales y sobre todo dar un mensaje de esperanza, que también es posible”, cuenta Nicola al tiempo que explica algunos ejemplos.
Así para la Administración Pública el ecodiseño es una elección estratégica dirigida hacia la autosuficiencia, lo que permitiría reducir la dependencia de energía, agua o electricidad. En el caso de las empresas, se trata de una forma de superar la rentabilidad a corto plazo rediseñando su producción para aplicar las innovaciones existentes en base a un mercado cuya escasez de materias primas hará que, inevitablemente, estas empresas deban repensar sus métodos de producción en poco tiempo. Y así los usuarios encontrarían en estos nuevos productos, como ropa, alimentos o productos químicos, grandes beneficios en seguridad y salud, consiguiendo todos ellos un mundo más seguro, justo, próspero.
“Y como defiende la biomímesis, la inspiración en términos de tecnología, materiales, comportamiento, relaciones sociales se encuentra en la naturaleza”. Algunos casos son materiales como el velcro, inspirado en los sistemas de agarre de los cardos, la impermeabilidad de la flor de loto, o el diseño de aviones basado en el aerodinamismo de las aves.
En conclusión, “Tenemos la capacidad y la tecnología para cambiar el mundo. Sólo es necesario dar una visión inspiradora de la sostenibilidad dejando de lado las desgracias frente a las maravillas de la naturaleza”. Únete a la revolución.
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