La imaginación de los artistas puede llegar a unos extremos de depravación y mal gusto sin límites, y sino que se que se lo digan a Bart Jansen, al convertir su gato muerto en un helicóptero. Si, si, no me he vuelto loco, vean las imágenes.

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El artista holandés Bart Jansen ha causado gran controversia y ha enfurecido a los amantes de los animales mediante esta transformación del cuerpo de su mascota muerta, llamado Orville en un helicóptero a control remoto.

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Orville fue trágicamente asesinado por un coche, pero su dueño, en lugar de enterrarlo como hace todo el mundo, Jansen decidió que la mejor manera de «honrar» a su gato era disecarlo y convertirlo en “Orvillecopter”, un “quadrocoptero” con un rotor unido en cada pata del pobre animal.

 

 

No es la primera vez que el trabajo de Jansen muestra la indignación de los críticos, pero creo que esta vez el disecar al gato para luego quitarle toda la dignidad animal convirtiéndolo en un helicóptero, y encima llamarlo “arte” me parece una broma de muy mal gusto.

Fuente: inhabitat.com