Hoy día 17 de mayo Día Mundial del Reciclaje, quiero dedicar este post, como un homenaje, a  las miles de personas, familias, colegios, empresas, instituciones que se han volcado en ayudar a niños como Ronan, Iker o Aitana, entre otros muchos que ahora forman parte de un “proyecto de vida”, como yo lo llamo. Niños con patologías complicadas que necesitaban urgentemente financiación para poder seguir viviendo, y que gracias al esfuerzo de sus familias y a su movilización sin descanso, han logrado llevar a cabo esta ardua tarea de concienciarnos a todos en la tarea del reciclaje. Con un poco de cada uno de nosotros han logrado salvar las vidas de sus hijos, y además, que nos preocupásemos un poco más por conservar el medio ambiente.

¿Qué cómo ha sido el proceso?, pues recogiendo como «hormiguitas» el máximo de tapones de plástico, sin desperdiciar ni uno. Acordándonos en cualquier momento y en cualquier lugar que ese minúsculo objeto junto con unos miles más podrían dar la existencia a unas criaturas que lo esperaban como «agua de mayo». Sin que ningún sólo día del año arrojásemos la toalla.

Esta causa se sigue apoyando con “Tapones para una Nueva Vida” un plan de la Fundación SEUR . Con él, los niños podrán acceder a aparatos ortopédicos, que anteriormente no podían costearse; y podrán disponer de un tratamiento médico no reglado. Este milagro ha sido posible gracias a la participación de la sociedad española, que ha hecho realidad lo que parecía una inalcanzable meta.

Por cada tonelada de tapones, la recicladora abona 300 euros a una familia. A esta lista de familias que necesitan acuciantemente ayuda, se irán sumando más a lo largo del tiempo, ya que pretende ser un plan que se siga manteniendo con el apoyo de todos.

Este ejemplo de superación y solidaridad lo debemos de tener siempre presente.

¡Reciclar salva vidas!