Hoy gracias a una seguidora fiel @karmenarteaga en Twitter, me ha recordado que hoy es “Día Internacional de la Conciencia por el Ruido”.
En el medio ambiente, se define como “Ruido” todo sonido molesto para el oído en general. Unos altos niveles de ruido provocan lo que se llama contaminación acústica. Según Wikipedia: se llama contaminación acústica (o contaminación auditiva) al exceso de sonido que altera las condiciones normales del ambiente en una determinada zona. Si bien el ruido no se acumula, traslada o mantiene en el tiempo como las otras contaminaciones, también puede causar grandes daños en la calidad de vida de las personas si no se controla adecuadamente.
Lamentablemente, y cada vez más, los ruidos se han convertido en los protagonistas de las ciudades. Los coches, las motos, los lugares de ocio o las aglomeraciones humanas, hacen que nuestras calles cada vez resulten más ruidosas, faltas de tranquilidad. Pero no sólo afecta a nuestras ciudades, en un artículo anterior hablamos de como el hombre contamina acústicamente la paz de los océanos, provocando la desorientación de muchas especies marinas y la muerte.
¿Cuando se considera que un sonido es malo para nuestra salud?
En un informe de la Organización Mundial de la Salud(OMS), se considera los 50 dB (a), como el límite superior deseable.
En España, se establece como “nivel de confort acústico” los 55 dBa. Por encima de este nivel, el sonido resulta pernicioso para el descanso y la comunicación.
Según estudios de la UE de 2005: 80 millones de personas están expuestos diariamente a niveles de ruido ambiental superiores a 65 dBa y otros 170 millones, lo están a niveles entre 55-65 dBa.
¿Qué consecuencias tiene la contaminación acústica?
Referente a nuestro organismo, las consecuencias que la contaminación acústica provocan en la salud trastornos auditivos y de la voz, alteraciones fisiológicas (hormonales, cardiovasculares, respiratorias, digestivas, etc.), trastornos psicológicos (falta de atención y concentración, alteraciones en el sueño, molestias, angustia) y modificaciones de la conducta (irritabilidad, agresividad, deterioro del clima social, interferencia en la comunicación y en la actividad, dolor de cabeza y cuello, estados de tensión y depresión, deseos de escapar de él y dependencia).
A nivel social, el hombre necesita «envolverse» en un «caparazón acústico», dentro de un campo sonoro, y así, ausentarse de la realidad o rebelarse buscando ser escuchado (piquetes, cacerolazos, murgas, etc.).
Difícilmente se puede escapar de esta circunstancia, el ruido se propaga en todos los sentidos, no se ve, imposible tocarlo, penetra impertinente, no pide permiso, nos invade y atrapa.
En este “Día Internacional de la Conciencia por el Ruido” nos sirve de pretexto para tomar conciencia ciudadana, y pensar un poco en el vecino e intentar no hacer ruido, siendo de esta forma respetuosos con el entorno que nos rodea.
Como hemos indicado, el problema de exceso de ruido acarrea numeroso problemas de salud, lamentablemente hay muchas denuncias sobre la contaminación acústica; un ejemplo de ello reside en la ciudad de Algete en Madrid. En esta ciudad los vecinos han denunciado el ruido que produce el paso de aviones procedentes del Aeropuerto de Barajas. Al final el Tribunal Supremo les ha dado la razón fallando a su favor, obligando a la Administración a que explique las medidas que han tomado al respecto. Para ver más detalles de la noticia visitarwww.europapress.es
1 Comentario